No existe forma de maquillar una presentación tan discreta como la de nuestra Selección Nacional de Beisbol anoche ante Guatemala. Lo que debió ser un éxito con cara de nocaut, se volvió una pesadilla y casi una vergüenza para los fanáticos, que presenciaron un triunfo 10-8 con sabor amargo.
Estamos claros que en el deporte en general, y mucho menos en el beisbol, no hay victoria garantizada. Los partidos se tienen que salir a pelear cada día. Y los muchachos lo hicieron. Seguro. Pero todo parecía escapar a su control.
Cuando a base de pellizcos (tres infield hits, un passed ball y un squeeze play) Guatemala se le fue arriba 3-0 a Carlos Teller, pensamos que todo era un susto inicial y que los nicas pronto pondrían las cosas en orden.
Y esa impresión nos dejó el partido, cuando a base de dos operativos Nicaragua edificó una ventaja de 8-3 . Lo que nadie anticipó es que el picheo de relevo, uno de los fundamentos del equipo, se vendría a pique.
De modo que un partido próximo al nocaut se volvió de pronto una tortura para los fanáticos, los entrenadores y seguramente también para los propios jugadores de la Selección.
Sé que los peloteros están comprometidos con el país, con sus familiares, pero sobre todo con ellos mismos. Sabemos que desean hacer las cosas de la mejor forma posible. No obstante, anoche no lograron ese objetivo.
Se ganó y como diría el general MacCarthur, “nada sustituye a la victoria”. Pero de la forma como llegó esta, estoy casi seguro que ni a los jugadores satisfizo. Es que, de pronto, todo pareció conspirar para una buena labor.
El picheo flaqueó desde el principio. Teller no fue el lanzador dominante que conocemos, pero el bullpen se desplomó. Sin embargo, yo no cuestiono la entrega porque vi a jugadores como Cheslor, por ejemplo, trabajando al máximo.
Tampoco creo en la teoría de nuestros rivales han crecido. Sencillamente no se jugó bien, punto. Y eso le pasa hasta los mejores equipos de las Ligas Mayores.
Ahora solo queda esperar que la Selección alcance su mejor versión a través del torneo. De otro modo, no tendremos la oportunidad de ganar la deseada medalla de oro en estos Juegos Centroamericanos.
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