Los proveedores de aves del programa Hambre Cero piden para el próximo año mayor claridad en la planificación en cuanto a la entrega de animales a ese programa estatal para de esa manera proyectar sus metas de producción y evitar afectaciones por los retrasos en la entrega de las aves.
Alfonso Valerio, miembro de la Asociación de Pequeños y Medianos Productores Avícolas de Nicaragua (Apemepan), explicó que este año el Gobierno solo demandó 350 mil aves para Hambre Cero, por debajo de las 500 mil del año pasado.
Valerio, quien aclara que la venta de esas aves era lo que esperaban inicialmente, dijo que en un principio hubo problemas de entrega de los animales, porque los pedidos no se hicieron en los tiempos acordados, afectando a los avicultores.
Para el próximo año “todos los avicultores quisiéramos que existiera nuevamente una demanda similar (a la de este año), que sea un poco más planificada, para que coincidamos en las fechas de entrega”, afirmó Valerio.
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El problema es que “la crianza de aves es muy delicada, obedece a una planificación bastante estricta y cumplir con ciertas medidas sanitarias y planificar la entrega de las aves con ciertas edades.
Cuando eso no se cumple trae trastornos en los espacios de las granjas, porque el ave a medida que va creciendo va demandando más espacios, entonces si el ave no es demandada como fue planificado, entonces el avicultor entra en serias dificultades, porque el ave ya no le alcanza en el espacio planificado previsto y al no alcanzar trae consigo picoteo de las aves y eso trae mortalidad”, precisó.
El líder gremial reconoce que el cambio de modalidad de Hambre Cero fue una sorpresa para el sector, por lo que ahora que se hizo este ajuste esperan planificar mejor la producción en sus granjas y que estas sean entregadas en tiempo y forma.
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Hambre Cero es un programa del Gobierno que antes se financiaba con la cooperación de Venezuela, pero que dada la caída drástica de esos flujos, pasó al Presupuesto General de la República y ahora se convirtió en un crédito para los beneficiarios.
Proveedor deja de aportar al programa
Por su parte, Léster Sáenz, presidente de la Cooperativa Avícola de Masaya (Copama), exproveedor de dicho programa, dijo que desde agosto de este año dejaron de vender gallinas porque en el programa se realizaron cambios en el esquema de Hambre Cero, que en lugar de entregar el animal el Gobierno ahora da el dinero y el beneficiario decide si compra aves o cerdos y las ventas que se hicieron a inicios de año fueron esporádicas.
“Los beneficiarios son los que elegían el bien, si querían gallinas, cerdos u otra cosa, por eso se vendió poco en gallinas, porque les resultaba más rentable comprar una cerda”, resaltó Sáenz.
Ahora esta cooperativa sustituyó la producción de aves por huevos, en la actualidad producen unas tres mil cajillas mensuales y no temen que haya sobreproducción que les afecte el nuevo giro de sus avícolas.
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Al cierre del año pasado Copama vendió 45,000 aves para el programa bono productivo y se distribuía en la zona sur del país, pero hasta agosto de este año alcanzaron la venta de unas 11,250 aves, es decir, el 25 por ciento del total de las ventas del año pasado.
A diferencia de la zona sur del país, donde la venta de aves para este programa se redujo significativamente, en occidente y norte del país se reportan buenas ventas de estos animales en el marco del programa, refirió Sáenz.