El escritor Sergio Ramírez Mercado fue recibido de pie, con largos aplausos y vítores por el público que asistió a la presentación y firma de su novela Ya nadie llora por mí, en el Aula Magna de la Universidad Centroamericana (UCA); en este mismo evento el rector José Alberto Idiáquez le hizo entrega de una placa de reconocimiento.
“Yo no soy un escritor de novela negra”, dijo Ramírez; luego se retrató como un “escritor realista” de Nicaragua.
Ramírez Mercado es autor de El cielo llora por mí (2008) y de Ya nadie llora por mí, publicada por Alfaguara este 2017, nueve años después.
El género de novela negra cada día repercute en el mundo, “los personajes centrales reaparecen” en cada edición con mayor frecuencia.
En su caso señaló: “siempre he tenido el temor de perder el sentido de la curiosidad y de la experimentación en la literatura” y puso de referentes sus anteriores novelas como Sara, basada en una versión bíblica.
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A pesar de todo, la apasionante historia del inspector Dolores Morales, ha reaparecido en su nueva novela, ahora con el papel de un investigador privado en casos de adulterios, y vive contradicciones éticas.
Pero eso no es todo. El escritor explicó que en la novela se vive la atmósfera de las redes sociales acorde a los tiempos y las nuevas generaciones, y que para que se recuerde al controversial Dolores Morales subió a Wikipedia su biografía, que es con la que abre la lectura del libro.
Mujeres en la novela
Conversaron con Ramírez Mercado los periodistas Luis Galeano y Maryórit Guevara, quienes se acercaron un poco a la trama de la novela, sus personajes, escenarios de Managua, y las connotaciones políticas al cuestionar el poder y sus abusos.
El tema de la mujer también estuvo presente. Guevara preguntó a Ramírez Mercado sobre su relevancia, a lo que el novelista contestó que ellas están muy presentes en la novela y son presentadas como “víctimas a media o completas, en fin es un entramado de nuestro tejido social”.
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Una de esas mujeres es Sofía, personaje imprevisto, que primeramente trabajó en limpieza en la Plaza del Sol y que luego se volvió imprescindible en la oficina de Dolores Morales. También figura La reverenda, una extranjera que realiza labores humanitarias.
Corrupción y falta de ética
“Esta no es una novela de denuncia”, aclaró Ramírez Mercado; no obstante, su discurso narrativo refleja la realidad nacional en temas de derechos humanos o libertad de expresión, uno de sus personajes reales, pero ficticio en la novela, es Vilma Núñez de Escorcia.
Al contestar la pregunta de Galeano, de cómo hizo para evitar que su personaje central —Dolores Morales— no cayera en problema de corrupción y falta de ética, Ramírez Mercado dijo que “cada país tiene su novela que se merece”.
Asimismo explicó que esta “no busca ser didáctica, o enseñar lo que está mal, o lo que no le gusta, sino que describe lo que existe”.
En ese sentido, se ubicó como “un escritor realista que tiene al país en su memoria”, con lecturas diarias de los periódicos, conversaciones y observaciones directas, las que han sido registradas en fichas que le han sido de utilidad para alimentar sus novelas.
El Rey de los Zopilotes es otro de sus estelares personajes que viven en el mercado Oriental y que es dueño de la basura por concesión.
Honores de la UCA
Previo a la presentación de su novela, José Alberto Idiáquez —rector de esta casa de estudios— hizo entrega a Ramírez Mercado de una placa de reconocimiento. También reconoció a Gertrudis Guerrero (Tulita), esposa del escritor, con una escultura del poeta Ernesto Cardenal. García fue estudiante y profesora de la UCA.
“Es un homenaje muy conmovedor para nosotros dos, por los viejos vínculos y los que tenemos con esta universidad; y le quería decir al padre Idiáquez que en la historia de todos mis premios, el primero que recibí fue ella”, dijo Ramírez entre sonrisas al agradecer estos dos méritos. (Aplausos del público).
Al tomar la palabra Jesús de Santiago, gerente general de la librería de Hispamer, calificó a Ramírez Mercado como un “ciudadano en el pico más alto de las letras hispanoamericanas” y dijo que esperaba que “el último saltito (un próximo reconocimiento a Ramírez) lo celebraran muy pronto con el Premio Nobel de Literatura”.
