El nicaragüense Eduardo Mangas fue la mano derecha del presidente Lenín Moreno en Ecuador. Discreto. Era huraño a las entrevistas y comparecencias públicas. Según periodistas y analistas políticos ecuatorianos, su caída se dio tras la filtración de un audio con opiniones que resultaron comprometedoras para su jefe.
Mangas les dijo a gobernadores, de acuerdo con la copia del audio del que se desconoce la fecha, pero que se puede encontrar publicada en YouTube, que se promovió la candidatura de Moreno en un escenario adverso, sin apoyo. Se trata del candidato del oficialismo.
Moreno fue elegido finalmente con el 51 por ciento de los votos, en la segunda vuelta celebrada en abril pasado. Lo hizo bajo señalamientos de fraude. “No teníamos ningún apoyo logístico ni operativo, pero esa era quizás lo menos, porque uno busca cómo operar, pero la situación en que estaba el país era lamentable: polarizado, una división absoluta que se manifestó en que perdimos la primera vuelta y perdimos la segunda vuelta también, porque eso no fue ganar. Casi perdemos la elección”, dijo Mangas.
Al oído del presidente
Soraya Constante, periodista independiente de Ecuador y colaboradora de varios medios internacionales, lo recuerda como el funcionario que le “hablaba al oído” a Moreno, el candidato de Rafael Correa, con quien este luego se distanció hasta adversarlo.
Mangas y Moreno se hicieron cercanos en Ginebra, Suiza, cuando el actual mandatario era el representante del secretario general de Naciones Unidas para la discapacidad y accesabilidad.
Mangas era el esposo de María Fernández Espinosa, quien era la representante de Ecuador en la ONU. Actualmente ella es la canciller de su país, según fuentes consultadas.
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Nació en 1975 en Managua, Nicaragua. Es abogado. Perteneció al equipo de Miguel D’Escoto, cuando este fue presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas. Entre 2009 y 2010 fue vicesecretario privado para las políticas nacionales del gobierno de Daniel Ortega, y en Ecuador, según Constante, era el jefe de ministros. Comenzó a trabajar en la campaña de Moreno en enero pasado para luego convertirse en secretario general de la Presidencia.
Tenía doble función
El sociólogo Felipe Burbano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), dice que Mangas manejaba la agenda del presidente, era su secretario y al mismo tiempo el secretario general de la administración pública, con lo que había concretado una doble función.
“Era un operador político. Estaba detrás de las gestiones políticas que el Gobierno necesitaba llevar adelante. Él era discreto, no se exponía a la prensa, no ofrecía entrevistas, declaraciones, se comunicaba repentinamente a través del Twitter, pero siempre estaba cerca del presidente. Él tuvo una reunión con un grupo de gobernadores, designado por el presidente. Los gobernadores son los representantes del poder ejecutivo en provincias ecuatorianas. Mantuvo una reunión y alguien de adentro grabó el análisis de Mangas en esa reunión sobre la situación política. Y las cosas que él dijo fueron muy comprometedoras para el Gobierno”, explicó Burbano.
El proceso del diálgo
Según el diario El Comercio, en el audio Mangas minimiza el proceso de diálogo nacional emprendido por Moreno con distintos sectores. “No vamos a ceder en nada, pero tenemos que dialogar, que se sientan escuchados”, habría dicho.
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LA PRENSA solicitó a la Secretaría de Comunicación de la Presidencia de Ecuador una opinión sobre el audio de Mangas y un número de teléfono a donde localizarlo, pero al cierre de edición no había respuesta. Al calor del escándalo, Mangas había dicho que esas declaraciones están sacadas de contexto “y que no corresponden a la posición del presidente de la República”.
Para Burbano, las opiniones del funcionario ponían en duda la honestidad y sinceridad con la que el Gobierno había emprendido una serie de diálogos después de asumir el poder. Pero también hizo revelaciones sobre temas de corrupción, lo que dejó al Gobierno en una situación “incómoda” frente a unos temas básicos que habían propuesto en su agenda gubernamental. “Eso fue considerado por el presidente de la República como una interpretación inaceptable de su pensamiento”, añadió.