La escena que queda después del palabreo y la pelea es la de Leonardo “Chimmy” Morales boca abajo en la lona, cubriéndose de la lluvia de puñetazos de Alejandro “Mandarina” Solano, quien estaba arriba de él, reduciéndolo a la nada, haciendo ver pequeño al hombre que en el país es considerado el más grande en las Artes Marciales Mixtas.
A los 3 minutos y 18 segundos del tercer asalto llegó el final, punto que se veía venir desde el inicio del segundo, cuando Solano salió decidido y vio que por primera vez “Chimmy” le regalaba la espalda, quejándose este último de un golpe ilegal en la parte trasera de la cabeza, después corriendo, huyendo, escudándose en la malla, siendo aturdido, sin responder, mientras se sospechaba que la falta de ritmo después de año y medio sin pelear, lo estaba neutralizando en silencio.
Esta es la primera vez que “Chimmy” es noqueado en su patio. “Mandarina”, del que se pensaba que por tener 39 años sería opacado por la efusividad de los 24 del nicaragüense, terminó por imponerse en el striking (golpeo arriba), donde “Chimmy” se sabía superior, pero se fue quedando sin aire, después sin alma, y cuando esto pasa no queda de otra que rendirse, o dejar que el árbitro pare la pelea, como efectivamente le sucedió al nicaragüense.
Un buen inicio
Los momentos de lucidez de “Chimmy” vinieron en los primeros minutos de la pelea, cuando descargó repetidemente sus patadas a las pantorrillas de “Mandarina”, mientras este lo buscaba, metiendo presión, llegando a tirarlo a la lona el costarricense en los últimos segundos del primer round con un volado de izquierda, pero sonaría de inmediato la corneta, salvando a “Chimmy”.
En el segundo, de espaldas a la malla del octágono, Morales fue sacudido por Solano, incluso con rodillazos al rostro, y no tuvo otra opción que defenderse. La marca registrada del nicaragüense, sus patadas, no provocaron el daño esperado. Y el público estaba casi congelado, esperando el final.
Y como consecuencia del desgaste, en el tercero, “Chimmy” no soportaría más, el aire se le había extinguido, al igual que las ganas, a la vez que la experiencia de Solano parecía renovada, y se veía pletórico, buscando lo que había prometido y consiguió: el nocaut.
“Tienen un guerrero, motívenlo, yo ya voy de salida, con mis 39 años”, dijo “Mandarina”, confesando que el fin de su carrera ha llegado, aunque parece estar listo para dar más.
“No se la puse fácil a Chimmy, él es muy joven, y sé que si hubiera estado con cuatro o cinco peleas este año la historia hubiera sido otra”, añadió Solano, considerado el número tres en el ranking de Latinoamérica.
