El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, respecto a la situación de los derechos humanos en el país dijo que “hay mucho camino que recorrer en la defensa de las personas”.
Sobre la masacre cometida por el Ejército el pasado 12 de noviembre en La Cruz de Río Grande, en el Caribe Sur, donde murieron seis personas, entre ellas dos menores, el obispo expresó que “es necesaria una respuesta creíble por respeto a la dignidad de los fallecidos y a las lágrimas de la madre (Elea Valle)”.
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Las declaraciones fueron brindadas por el obispo Báez después de una misa oficiada en la Catedral Metropolitana Inmaculada Concepción, la noche del sábado 16 de diciembre, en Managua.
El prelado indicó que “una explicación creíble le haría bien a la sociedad, le haría bien al Ejército y a la Policía porque recuperarían su credibilidad y mantendrían su dignidad”. Además —agregó— le haría bien a la sociedad para poder construir relaciones pacíficas y de serenidad.
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Báez advirtió que los obispos de Nicaragua y gran parte de la sociedad que se ha manifestado, han exigido a las autoridades una respuesta creíble, sobre todo en el caso del niño y la adolescente asesinados. En la masacre murieron los menores Francisco Pérez Valle, de 12 años, y Yojeisel Elizabeth Pérez Valle, de 16.
Sobre migrante camerunés
El obispo también se refirió al caso del migrante camerunés Mbang Atanga Azehfor, muerto en Nicaragua el pasado 29 de septiembre y señaló que ha sido doloroso lo que ha ocurrido con tantos extranjeros y migrantes que han venido al país.
Manifestó que si bien “es cierto que una nación tiene derecho a investigar, a cuidar de la integridad de sus ciudadanos y aplicar la justicia en casos que sea necesario, pero esto no exime del respeto a la dignidad de las personas, incluso un delincuente tiene dignidad humana y tiene derecho a un debido proceso y a que se le trate con justicia”.
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Báez abogó por la solidaridad hacia los extranjeros. En este sentido refirió que se deben dar pasos más significativos, “pues el pueblo de Nicaragua es un pueblo hospitalario y bueno; y existe la necesidad de mostrarlo hacia el exterior”.
Brenes lamenta crímenes
Por su parte, el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, lamentó que se sigan cometiendo crímenes en Nicaragua. “Como pastor lamento que se puedan dar estos casos en instituciones o a manera personal (…) ojalá que podamos todos luchar y defender la vida y que así no sigan pereciendo personas”.
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Brenes invitó a los nicaragüenses a que “en esta Navidad nos preparemos a celebrar al Dios de la vida, pues Cristo ha venido para que tengamos vida, y vida en abundancia”. Dijo que “Él es la luz y viene a iluminar cuando hay tinieblas en nuestro corazón y es hermoso que nos dejemos iluminar cuando hay tinieblas en nuestro corazón”.
El cardenal Brenes hizo un llamado a consolidar la paz y la reconciliación entre todos, de manera especial en la familia.
Nicaragua, calvario de los migrantes
En 2015 el Estado de Nicaragua negó el paso a más de tres mil migrantes cubanos que estaban varados en Costa Rica, para lo cual desplegó helicópteros, patrullas y camiones militares.
Mary Frinwie Atanga Azehfor, una madre camerunesa y su acompañante Tchamani Joseph Maglorie, son investigados por la Policía Nacional, luego que la extranjera entró al país para reclamar el cadáver de su hijo Mbang Atanga Azehfor, asesinado a tiros por fuerzas del Ejército en un incidente confuso ocurrido el 29 de septiembre en Rivas.
Sin embargo, Atanga y su acompañante o su hijo migrante fallecido, no aparecen en los listados de personas buscadas por la Policía Internacional (Interpol), por actividades vinculadas con el tráfico de personas o crimen organizado.
LA PRENSA ha tratado de conocer qué gestiones han realizado los gobiernos de Camerún o de Bélgica, donde residen los detenidos, pero ni del despacho del primer ministro de Camerún, Philémon Yang, o las representaciones consulares de Bélgica en Costa Rica o Panamá se han referido al tema.