“Es un derecho del artista tener cierto misterio detrás de su obra”, ha afirmado Banderas, que ha asistido a la presentación del hermanamiento entre la bodega cordobesa Campos y la taberna malagueña El Pimpi, que han puesto en marcha un servicio de cáterin.
Seguirá el rodaje en “la fría y bella Budapest
“Me queda llamar a Míchel y decirle que me voy a vestir del Zorro a ver si salvo al Málaga, aunque está complicado, incluso para el Zorro”, ha bromeado Banderas, gran aficionado al fútbol y seguidor del equipo de su ciudad.
También ha resaltado que ‘El Pimpi’ “es historia de Málaga, un lugar emblemático y una institución en la ciudad”, que frecuentaba desde joven en sus “primeras salidas con los amigos”, y donde rodó parte de su segunda película como director, El camino de los ingleses.
“El tratamiento que he tenido en ‘El Pimpi’ siempre ha sido maravilloso. Me da vergüenza decirlo, pero no me han dejado pagar nunca. Lo he intentado, y los camareros me decían que los iban a echar si me dejaban pagar”, ha confesado.
Cuando se le ofreció la posibilidad de participar se abrió “de brazos encantado, máxime cuando se pusieron sobre la mesa unas ideas con un resumen muy simple, renovarse o morir, y ellos lo tienen muy claro”.
También le interesó el proyecto de la Fundación El Pimpi porque “se une” a la Fundación Lágrimas y Favores que él impulsa en Málaga, ya que Banderas cree que “es importante que se haga negocio, pero de una forma ética”.
El actor se ha felicitado por la unión con Bodegas Campos y ha resaltado entre los proyectos de ‘El Pimpi’ “la posibilidad de una escuela de hostelería”, de la que ha avanzado que están “detrás de ello”.