Sayra Laguna es una atleta como deberían ser todos los deportistas. Nació en un ambiente de limitaciones extremas. Su mamá ha sido también su padre y luego de venir de la escuela, ha tenido que vender fresco para ayudar en la raquítica economía familiar.
Quizá debería haberse deprimido. A lo mejor tendría que haberse quejado por lo injusto que ha sido la vida, mientras se resignaba a un contexto sin oportunidades. En lugar de eso, ha decidido luchar y se ha convertido en un ejemplo de tenacidad y superación.
Este viernes, mientras era seleccionada Atleta del Año 2017 en el plano amateur, su historia revestida de determinación y de fe, adquirió un mayor brillo al reconocerse su admirable empuje para hacer de su estado precario, el punto de apoyo para saltar al futuro.
Este año, Laguna ganó una medalla de oro en judo en los Juegos Centroamericanos que se realizaron en Managua. También logró bronce en el Centroamericano y del Caribe de este deporte, lo mismo que una medalla Panamericana en sambo y una de oro aquí en este deporte, que fue de exhibición.
Sin embargo, lo que más impacta en esta muchacha de 29 años ahora, es que también logró coronar su segunda carrera universitaria en este 2017. Se recibió como administradora de empresas en la UCA. Antes se había graduado en mercadotecnia en la UNAN.
De modo que, en lugar de quejarse, esta joven se ha dedicado a trabajar. Se hizo cargo de sí misma y ha desplegado todas sus fuerzas para escapar de las limitaciones. Nació en la pobreza extrema, pero ella nunca se ha sentido pobre y nos ha dado una lección a todos.
Hace una semana se ganó un carro. Ahora este premio. Pero más que eso, se ha ganado la admiración de todos, mientras utiliza el deporte como su puerta hacia el futuro.