¿Por qué confiar en Alexander Mejía si tiene pocas peleas? “Popeye”, como le llaman, ya demostró que se metió al boxeo no para aventurarse, sino con la clara intención de hacer perdurar su nombre, y eso es decir mucho.
Con ocho combates desde su debut, en marzo de 2016, pasando la página de una carrera amateur en la que se convirtió en campeón centroamericano, Mejía ha reclamado miradas al adueñarse del título Fedelatin de las 122 libras de la AMB y el cinturón Fedecentro de las 126 del mismo organismo.
Pero no se trata únicamente de un asunto de logros. La forma en la que Mejía se entrega, sin escatimar riesgos, hace que su boxeo de golpeo voluminoso sea amenazante para cualquiera, y aunque es verdad que debe madurar técnicamente, tiene la valentía que no en todos es pura.
“Lo daré todo”
El 24 de diciembre en Japón, terreno que sus pies pisan por primera vez, Popeye se verá las caras con Hiroshige Osawa, considerado en estas lides un veterano por sus 32 años, con récord de 32 victorias y cuatro derrotas, al que claramente le favorece la experiencia sobre el nicaragüense, por lo que a priori el pleito se presta para ser enredado.
“Voy a darlo todo por el sueño de ser un día campeón. Trabajé duro para este momento. Tengo el apoyo de los míos, ellos son mi motor”, declaró Mejía, un boxeador de la escuadra de Pinolero Boxing, del promotor Marcelo Sánchez.
El interés de Osawa es levantar su imagen y encontrarse con su segundo chance titular después de retar al mexicano Óscar Valdez en noviembre del 2016, por el título de las 126 libras de la OMB, y terminar noqueado en siete asaltos en Las Vegas, Estados Unidos.
“Nunca es fácil pelear lejos de casa, pero como amateur agarré bastante experiencia”, manifestó Mejía sobre su condición de visitante. El muchacho, que vende mangos y jocotes en bolsas por las calles de Managua, piensa no defraudar.
