Un nicaragüense, en día de Navidad, sube al ring en Japón. Se trata de Alexander “Popeye” Mejía, hostigoso pero con poco recorrido profesional, al que le toca enfrentarse al local Hiroshige Osawa.
En principio debe ser dicho que el nuestro no parte como favorito. Ningún peleador que es contratado por promotoras extranjeras son elegidos para que vayan a vencer al de casa. Pero no todo debe ser visto a través de una manta gris, Mejía tiene las armas para sorprender.
Si se pregunta por un boxeador esforzado es él; si se pregunta por alguien que sabe que tirando sin medida se gana es él; uno que tenga hambre de éxito, es él. Con apenas ocho peleas, “Popeye” se adueñó en el país de dos títulos nacionales y esa es la imagen que ha vendido ante todos.
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Osawa, quien ya tiene un fracaso en busca de una corona mundial, supera cuatro veces (32-4-4, con 19 KO´s) el registro del nicaragüense, y una de sus fortalezas es el golpeo al cuerpo, a través del cual va minando poco a poco a sus oponentes.
Con movimientos de su pasado de boxeador amateur, Mejía tratará de hacerle frente a este compromiso, siempre valiente, siempre hostigoso, y aunque la ecuación parece complicada, con mucho esfuerzo puede adivinarla.
Mejía y Osawa ocuparán la plaza semiestelar de la cartelera que se celebrará en la prefectura de Osaka, en horas de la madrugada de este domingo.
