Sabe a cobre la coincidencia o influencia por los métodos usados por los reelectos presidentes y expresidentes Oscar Arias, Daniel Ortega, Evo Morales, el dúo Kirchner y ahora Juan Orlando Hernández de Honduras con sus compatriotas los Somoza, el dúo Cámpora/Perón; Tiburcio Carías y el campeón Fidel Castro respectivamente, por su sempiterna ambición de permanecer en el poder.
Todo parece proceder de una coincidencia de hechos y de la influencia de uno hacia otros por sus marrulleros actos políticos y por una supuesta oculta asesoría política, tal como indican los hechos.
El artículo 147 constitucional nicaragüense de julio de 1995 prohibía ser candidato (a) a “el que ejerciere la Presidencia o la hubiere ejercido en cualquier tiempo del período en que se efectúa la elección o el que la hubiere ejercido en dos períodos consecutivos”; pero en 2010 este artículo fue declarado “inaplicable” por tres magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia quienes invocaron la igualdad de la Ley de “elegir y ser electos” sustentándose en el Artículo 27 Cn.
En Honduras la Constitución tenía también tres candados a la reelección presidencial en los artículos 42, 239 Cn y 330 del Código Penal. Pero en diciembre de 2014, 10 de 15 magistrados del tribunal superior hondureño afines al presidente Hernández declararon “inaplicable” esos artículos, allanando el camino a su reelección.
En Venezuela el presidente Maduro amenazó con impedir que partidos políticos y opositores que no participaron en las recientes elecciones municipales no podrán ser candidatos en las elecciones presidenciales en 2018. Mantiene encarcelado al futuro presidente Leopoldo López; inhibido al líder Henrique Capriles, a Corina Machado, a cientos más; y exiliado a miles, entre ellos al líder opositor Antonio Ledezma. Entre 2016 y 2017 suman unos 300 jóvenes asesinados por esa dictadura. Más lo que falta.
En Ecuador la situación cambió a raíz de la victoria electoral del nuevo presidente Lenin Moreno, quien desde su silla de ruedas ha emplazado el otrora poder popular del huidizo Rafael Correa. Moreno ha empezado a desmontar una dictadura legada por Correa. Y este ha regresado a pretender inútilmente “gobernar desde abajo”.
En Bolivia en febrero de 2016 una consulta popular decidió que Evo Morales no podía postularse para un cuarto período presidencial. Pero este año, un tribunal afín a Morales resolvió declarar “inaplicable” el referéndum que le impedía postularse en 2019. Tornó inconstitucional lo constitucional. Dilma Rousseff, Lula da Silva de Brasil y Cristina de Kirchner de Argentina, ahora eliminados, afortunadamente enfrentan largos períodos de cárcel.
En resumen, los presidentes de Nicaragua —designado este por el Consejo Supremo Electoral, de Honduras, y de Bolivia—, han urdido que magistrados afines declaren “inaplicables” las prohibiciones constitucionales para postularse nuevamente.
Ello devela la coincidencia y la influencia en la novela best seller La Inaplicabilidad —que trata de las horrendas prohibiciones constitucionales—. Un precursor de la influencia en América fue el presidente José Santos Zelaya; en Colombia, Ecuador, y en Honduras hasta impuso presidente en marzo de 1907, cuando tropas del general Nicasio Vásquez penetraron Choluteca, después del desastre de Cosigüina contra ejércitos combinados de El Salvador y Honduras.
América enfrenta el ímpetu de la ambición izquierdista. Derrotada en Argentina, Ecuador, Perú, Honduras, México y Brasil surge el nuevo partido —Fuerza Alternativa Colombiana del Común— (FARC), cuyos jefes son narcotraficantes, asesinos, lavadores de dinero, como revelan las cartas de Raúl Reyes en 2008 a Maduro y Chávez ofreciendo droga a cambio de armas y lavado de dinero.
En México el derrotado López Obrador pretende una cuarta postulación. Por eso 2018 será crucial.
El autor es abogado y notario.