El principal responsable del golpe contra Robert Mugabe, el general Constantino Chiwenga, tomó este jueves posesión de su cargo como vicepresidente de Zimbabue, un movimiento criticado por una oposición que considera que el nuevo presidente, Emmerson Mnangagwa, está “militarizando” las instituciones.
Junto a Chiwenga tomó posesión del cargo el otro nuevo vicepresidente del país, el ministro de Defensa, Seguridad y Veteranos de Guerra, Kembo Mohadi. La ceremonia de juramentación del cargo tuvo lugar en el palacio presidencial de la capital, Harare, la residencia oficial del presidente Emmerson Mnangagwa.
Algunas voces críticas ven el nombramiento de Chiwenga como un premio por su papel en la caída del poder de un Mugabe que llevaba ejerciéndolo 37 años mediante una intervención militar que también puso fin al ascenso de la primera dama, Grace Mugabe, en la carrera por suceder a su marido en la Presidencia.
Sin embargo, otros expertos apuntan a que el partido gobernante, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), siempre ha tenido a exmilitares entre sus altos rangos después de haber capitaneado la guerra de independencia contra el Gobierno de la minoría blanca en los años 70.
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Un conocido crítico del Ejecutivo, el abogado Fadzayi Mahere, escribió en su cuenta de Twitter: “Nuestro Gobierno siempre ha estado lleno de exmilitares desde el primer día. No se le puede sacar la tarjeta roja a Chiwenga solo porque venga del Ejército”. “Debemos poner el foco sobre sus planes para el progreso. Cuál es su visión para Zimbabue? Qué ofrece a la gente?”, sentenció.
Dirigió la operación contra el Gobierno de Mugabe
Chiwenga, que fue sustituido al frente de las Fuerzas Armadas por el general Valerio Sibanda el pasado 18 de diciembre, dirigió la operación militar contra el Gobierno del nonagenario Mugabe y jugó un papel clave en las negociaciones que acabaron con la dimisión del expresidente el pasado 21 de noviembre.
Tras el golpe, Mugabe perdió definitivamente la confianza de tradicionales aliados como los veteranos de guerra, los ciudadanos o una ZANU-PF de la que es cofundador, así como del propio Ejército.
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Su sustituto fue Mnangagwa, que tomó posesión del cargo tres días después de la dimisión y tan solo 18 después de ser destituido como vicepresidente por ser percibido como una amenaza para las ambiciones de poder de Grace Mugabe, un cese que desencadenó la acción militar.