Tiene 17 años y un mundo lleno de sueños que, por ahora, solo existen en su cabeza, pero que si adquiere los conocimientos a través de la carrera de Arquitectura, podrá materializarlos.
Su nombre es Oniel Mercado, masatepino, y uno de los 3,431 bachilleres que lucha por ganarse un cupo en la Universidad Nacional de Ingeniería, y estar más cerca de sus sueños, pero ¿qué pasa si no aprueba el examen?
Mercado ya tiene un plan B y por eso se prematriculó en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), y si en esta tampoco lograra acceder, aseguró que estudiará una carrera técnica y después intentará, nuevamente, ser parte de la UNI.
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Valeska Sevilla, de 17 años, podría convertirse, en compañera de clases de Mercado, si aprobara el examen de la UNI, del cual se sintió muy segura de sus respuestas, dijo a LA PRENSA.
Sin embargo, la posibilidad de no aprobarlo siempre está latente y si eso llegase a pasar, Sevilla piensa estudiar en la parte privada de la UNI y buscar un traslado a la parte pública, ya que el coste económico implicaría un gran esfuerzo.
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Para el doctor Carlos Tünnermann Bernheim, exrector de la UNAN-Managua, se ha limitado el concepto de educación superior, pues solo se concibe como educación universitaria, pero se necesita tener un concepto más amplio que incluya no solo la educación técnica a nivel medio, sino también a nivel superior.
Es por esta visión, que los padres aspiran a que sus hijos entren a la universidad, sostuvo Tünnermann Bernheim, quien expresó que “(…) a la educación técnica no le hemos dado la valoración social que merecería”.
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También destacó el hecho que, a veces, se tienen demasiados graduados universitarios que no encuentran empleo y terminan trabajando en funciones que no corresponden a su grado académico.
En el caso que un estudiante que no logra ser parte del sistema universitario y decide cursar una carrera técnica, dicha decisión no debería de tomarse con resignación, porque dicha formación tiene gran valor, explicó.
“La educación técnica no debería ser vista como una educación de segunda clase; que los universitarios que no ingresaron a la universidad no se sientan frustrados y se resignen a estudiar una carrera técnica, no, nada de eso, una carrera técnica es muy importante también (…)”, dijo.
Buscan más cobertura
Según el vicerrector académico de la UNI, Freddy Tomás Marín, esta casa de estudios otorgará para este año un cupo de 1,535 estudiantes de los 3,431 que se prematricularon para cursar una carrera universitaria.
Sin embargo, de ese cupo aprobado por el Consejo Nacional de Universidades (CNU), un total de 80 serán otorgados para la modalidad de la Universidad Abierta en Línea de Nicaragua (UALN), que fue inaugurada el 15 de marzo del 2017.
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Esta modalidad responde a una lógica de aumento de la cobertura, desde las mismas universidades del CNU, explicó Marín, quien dijo que en este caso contarán con su misma planta docente y sus plataformas digitales.
Creación de institutos
De acuerdo con el doctor Carlos Tünnermann Bernheim, exrector de la UNAN-Managua, es necesario que se cree en el país institutos de educación técnica superior y que se brinde el valor que esta aporta al desarrollo del país. “Ya es hora que en Nicaragua podamos crear en cada región del país un buen instituto de educación técnica superior, que forme ese nivel intermedio entre el ingeniero que sale de las universidades, y el trabajador de la construcción o el asistente en otras carreras, y ese es el técnico formado a nivel superior”.