La presidenta del Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, calificó de inhumana la actitud de la jefa de la Policía Nacional (PN), la primera comisionada Aminta Granera, por ignorar el clamor de Elea Valle, madre dos niños asesinados por el Ejército de Nicaragua, en La Cruz de Río Grande, en el Caribe Sur del país.
“Es triste que la primera comisionada, jefa de la Policía de Nicaragua, Aminta Granera, no responda al clamor de doña Elea Valle, la madre de los niños que fueron masacrados por el Ejército. Es totalmente inhumano. Es la aberración más grande negarle a esta madre que pueda enterrar a sus hijos asesinados”, cuestionó la defensora de los derechos humanos.
Núñez le recordó a la jefa policial que tiene un compromiso con la Constitución de la República, entre estos, de garantizar el respeto, la seguridad y los derechos humanos de los ciudadanos.
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“Ella debe responder a esta madre que clama justicia, que llora, que implora constantemente y pide estar presente en la exhumación y en la sepultura de sus hijos, pero la jefa policial ha preferido callar y guardar silencio: eso habla muy mal de su capacidad de ser humano y de autoridad policial”, dijo la presidenta del Cenidh.
Su última visita a Plaza el Sol
La campesina Elea Valle Aguilar remitió el pasado 19 de diciembre una carta a Granera en la que demanda ser tomada en cuenta en la exhumación de los cuerpos de su esposo y sus dos niños asesinados por el Ejército el 12 de noviembre pasado en la comunidad de San Pablo XXII, La Cruz de Río Grande.
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Además en la carta, la campesina lamenta que esa institución haya ignorado la condición de niños de sus dos hijos, así como que los calificara de “delincuentes” y haya dicho que los cuerpos solo tenían perforaciones de bala, cuando personalmente vio a su muchacho herido por bayoneta y a su hija violada y con señales de estrangulamiento.
“Esta madre tiene derecho a saber la verdad, pero además, ella quiere darle cristiana sepultura a sus niños inocentes, pero lo que vemos aquí con estas autoridades es una indolencia al dolor de esta madre que espera por justicia”, lamentó Núñez.
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LA PRENSA intentó contactarse con Valle en varias ocasiones vía celular, pero no fue posible; sin embargo, según fuentes del Cenidh, la campesina se encuentra en su lugar de origen, donde ocurrió la masacre en la que fueron asesinadas seis personas y que tanto la Policía como el Ejército han calificado de delincuentes.
Ignorada por autoridades
Pese a que doña Elea Valle ha solicitado una investigación de la masacre ejecutada por el Ejército de Nicaragua el 12 de noviembre en la comunidad San Pablo XXII, La Cruz de Río Grande, Caribe Sur, y sanciones a los responsables de la ejecución de su esposo y sus dos hijos, tanto la Policía Nacional, como la Fiscalía de la República, la han ignorado, mientras el Ejército y la Policía insisten en que las personas asesinas “eran delincuentes”.
Pese a la presión de organizaciones de la sociedad civil y de varios jerarcas de la Iglesia católica, que han pedido justicia por los niños asesinados, las autoridades respondieron que se trata de delincuentes.