El agua se esfumó y solo quedó tierra, mientras los fogones de muchas casas a lo largo del Corredor Seco nicaragüense lucían apagados porque no había alimentos para cocinar; todo se perdió en la sequía que finalizó en el 2015, un fenómeno que según un informe del Banco Mundial (2017) “actúa de forma silenciosa y en cámara lenta”.
Según datos de la investigación ¿Desarrollo económico inestable? Choques Agregados en América Latina y el Caribe, del Banco Mundial (BM), las sequías entre 1997 al 2000 en Nicaragua incrementaron en diez porciento la probabilidad que los hogares quedaran atrapados en la pobreza.
Además, según estimaciones del mismo BM, las pérdidas de ingresos que provoca una sequía son cuatro veces mayores que las de una inundación, pese a que los últimos eventos de precipitaciones han afectado a unos 300 millones de personas en promedio, por cada año de las dos últimas décadas.
La sequía del 2015 obligó al Gobierno a brindar alimentos a 27 mil hogares afectados, además se les entregó 23 mil paquetes que incluían semillas para la siembra publicó LA PRENSA, sobre la crisis.
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Dos años después de aquella pesadilla, la sequía no pareciera asomarse en el 2018, porque según pronósticos meteorológicos, el fenómeno de La Niña mantiene hasta un 80 porciento de predominio en los primeros meses del año, y en menor medida, El Niño neutro (30 porciento), y El Niño (menos de un 10 porciento), por ende, se espera que se registren precipitaciones.
Según el facilitador de la Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo, Denis Meléndez, el fenómeno de El Niño al cual se asocia la sequía, se podría presentar en el 2019 tomando en consideración que los períodos en los que estos se presentan se han acortado, lo que implica que “no podemos quedarnos con las medidas que adoptamos hace diez años”, sostuvo Meléndez.
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Por su parte, el oficial de cambio climático del Centro Humboldt, Alejandro Alemán, explicó que todas las acciones encaminadas a enfrentar la sequía deberían estar bajo el plan nacional de adaptación climática, el cual aún no se ha elaborado.
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Desde su perspectiva este debería de contar con un enfoque de gestión de riesgo, ya que aunque la sequía no genera grandes titulares, como sucede con los terremotos o las inundaciones por la cantidad de víctimas y desastre, “es un fenómeno de extracto lento que cobra vidas”, y sus efectos permanecen.
48.3 millones de dólares es el costo del proyecto de desarrollo sostenible de los medios de vida de las familias rurales en el Corredor Seco de Nicaragua (Nicavida), que anunció el Gobierno.