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Foto: LA PRENSA/blackpier.com

Los misterios del armario masculino

La personalidad es importante, pero el envoltorio también. Por eso vestir bien es parte de la clave del éxito, también en los hombres

Se suele decir que el armario femenino ofrece muchas más opciones a la hora de vestir que el masculino, y también que por ello es más complicado. Sin embargo, la ropa de hombre está rodeada de normas casi protocolarias que marcan el buen vestir.

Un aspecto que, por muy superficial que pueda parecer, está directamente relacionado con el éxito en relaciones personales y profesionales.

El poder de vestir con éxito

Así lo cree Bere Casillas, un sastre originario de Granada (sur de España) que se ha propuesto enseñar a los hombres a aprovechar todo su potencial, empezando por el armario. Es lo que llama “el poder de vestir con éxito” o “PVE”, un término que es la base de Hombres con estilo, su primer libro.

Y es que es innegable que la manera de arreglarse influye en la primera impresión que se transmite a los demás, lo cual puede ser determinante a la hora de establecer una relación exitosa o, por el contrario, no empezar con muy buen pie.

Aunque Casillas asegura que ir bien vestido sin una personalidad que acompañe “es disfrazarse”, su labor como sastre y asesor de estilo también afecta a la confianza de sus clientes, porque “¿quién no se siente más seguro de sí mismo cuando se mira al espejo y se gusta?”, afirma el experto.

Por eso, el sastre recoge en su libro una serie de puntos a los que prestar atención para tener el impacto deseado en los demás, pero también en uno mismo. Desde el estado de las prendas y la manera de vestirlas, todo contribuye a crear una imagen sólida.

Una prenda para cada complexión

Para vestir bien no basta con conocer el armario, también hay que conocerse a uno mismo, es decir, saber en qué complexión se enmarca cada cuerpo y la forma del rostro. Un análisis sencillo y básico es necesario para conocer la talla estandarizada que más se ajusta a cada hombre, y las prendas que favorecen.

Midiendo el pecho y la cintura se obtiene el tipo de complexión o configuración: atlética, normal, gruesa o delgada.
Las complexiones atléticas tienen los hombros más anchos que el resto del cuerpo, por lo que deben huir de cuadros grandes y rayas horizontales, al igual que a los hombres de complexión gruesa, a quienes recomienda el sastre rayas verticales y conjuntos de dos piezas.

Mientras esos dos tipos de cuerpo pueden recurrir a colores oscuros para esconder las zonas del cuerpo con las que se sientan menos cómodos, los hombres delgados deben optar por colores claros y buscar partes de arriba ligeramente amplias, para ganar volumen.

Por último, los afortunados que tengan una complexión normal pueden permitirse el lujo de experimentar con todos los tejidos, colores y estampados, eso sí, prestando atención a la forma del rostro, que determina, por ejemplo, el cuello de la camisa que mejor sienta para obtener un aspecto equilibrado.

Las leyes del armario

También es fundamental conocer las reglas del armario, que no son pocas. Saber combinar americanas con pantalones, tanto formales como informales, o incluso qué botones se deben abrochar, son cuestiones que pueden parecer mínimas, pero ponen en evidencia quién sabe “vestir bien”, y quién no, según indica el experto.

En lo que a americanas respecta, el armario masculino es un mundo en el que es fácil perderse. Por eso, Casillas las clasifica según los botones, encontrando americanas rectas, cruzadas y trajes con chaleco o de tres piezas. La americana recta de dos botones es el modelo más clásico, combinado con un traje de pinzas.

La combinación dependerá del gusto personal y las tendencias, pero hay recomendaciones que siempre son válidas, así Casillas indica que el largo de la chaqueta debe quedar entre los nudillos y la primera articulación de los dedos, y que la manga debe mostrar, al menos, un centímetro y medio del puño de la camisa.

En cuanto a calcular el largo del pantalón, el sastre indica que debe apoyarse ligeramente en el zapato, sin arrugarse en exceso, porque los pliegues acortan las piernas. Volviendo a la americana, si se opta por un modelo de tres botones, el de en medio siempre debe ir abrochado, el inferior nunca, y el superior según el gusto, afirma.

Estas recomendaciones se aplican no solo a “blazers” de traje, también son válidas para prendas “casual” que se combinan con pantalones chinos o incluso vaqueros. Y para poner la guinda a un “look 10”, Casillas indica que no pueden faltar accesorios como los pañuelos de bolsillo, sombreros o relojes.

Por encima de todo, el consejo principal de este especialista es “encontrar un sastre que aporte confianza y dé buenas recomendaciones”. Palabra de sastre.

Espectáculo Armario masculino moda archivo

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