Cuando los pacientes y trabajadores del dispensario Nuestra Señora de los Ángeles, en la parroquia San Luis de Managua, llegaron este lunes a su jornada cotidiana se encontraron con que el lugar había sido clausurado. Aunque los trabajadores pudieron ingresar al inmueble, estos no consiguieron realizar sus labores porque el párroco Ildefonso Vargas ordenó el cierre de ese dispensario.
En el lugar, pacientes y trabajadores, permanecieron durante las primeras horas de la mañana a la espera de respuestas; sin embargo, decidieron retirarse para buscar un posible traslado del dispensario a otra parroquia. LA PRENSA solicitó una entrevista en la oficina del sacerdote pero el guarda de seguridad contestó que el párroco no se encontraba en ese momento.
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El dispensario Nuestra Señora de los Ángeles fue construido hace 15 años, en terrenos de la parroquia San Luis, por un grupo de damas voluntarias, quienes además se han encargado de gestionar donaciones para entregar medicinas a los enfermos. Las consultas tienen un costo simbólico de 150 córdobas para el pago del personal médico.
“El padre Ildefonso Vargas dice que este dispensario no es rentable; Entonces, yo le he dicho a él que nosotros nunca hemos pensado en rentabilidad, hemos pensado en brindar un servicio a los demás. Tenemos 15 años de trabajar y nunca hemos tenido ningún problema”, señaló la benefactora, Eugenia Montiel.
Piden la mediación del cardenal Brenes
La benefactora Eugenia Montiel dijo que el próximo lunes se reunirán todas las partes con el cardenal Leopoldo Brenes, y le propondrán que si no es posible continuar con el dispensario en la parroquia San Luis; entonces, que el padre Ildefonso Vargas permita trasladar los equipos hacia otro lugar donde puedan continuar atendiendo al público.