La carencia de goles le sacará pelos a Zidane, canas a Cristiano Ronaldo y arrugas a todo el Real Madrid. Ya es habitual la derrota, recibir goles cuando parece que han encontrado el camino. Lo que hace unos meses era solamente utópico ha sobrepasado la realidad. Sí, aunque se vea ilógico, nuevamente el Real Madrid como una costumbre volvió a fallar, además que fue en casa, con su gente y con su primer equipo ante el Villarreal; 0-1 culminó el desafío que mandó al fondo de la crisis al equipo blanco. Se jugó mejor, siguiendo el guion de siempre, no se encontró la portería y se cayó en un contragolpe, igual de doloroso como sucedió en la quinta jornada ante el Betis.
Tras el partido, Nacho habló y sus palabras eran de desconcierto: “Les digo que no es cuestión de actitud, dimos todo, jugamos mejor pero el resultado no nos favoreció. No sé qué nos está pasando”, indicó el defensor. Eso mismo se debe estar preguntando Zidane, nadie lo entiende… todavía al finalizar la primera parte con un 0-0, las sensaciones eran buenas, como sentir el buen vino en el paladar o una comida exquisita, pero te enfermas en la digestión. La segunda mitad no fue tan brillante, pero tampoco funesta, solamente el gol de Pablo Fornals en vaselina a Keylor Navas.
Así, el Madrid echó otra palada en su propia tumba de la Liga al colocarse a 16 puntos del Barcelona, que juega hoy (1:45 p.m.) de visita ante la Real Sociedad. Resulta que el Madrid no debe solo de preocuparse por la humillación que viven, sino que el Villarreal se colocó a un punto del cuarto puesto y el Sevilla a tres. Quién diría que la lucha Merengue sería ver hacia atrás y afianzarse en el cuarto lugar por la supervivencia de estar en Champions, y no estar en la cima viendo de reojo a sus rivales, como se sospechaba que sucedería. Al Madrid le queda enfocarse en otros asuntos (Copa del Rey y Champions), la Liga ya tiene dueño y ni siquiera es su rival a vencer, cuando tiene al Valencia a ocho puntos y al Atlético de Madrid a 10, es mejor decir adiós.
Así fue el partido
Por un momento se pensó que el primer tiempo había sido el de la resurrección: el Madrid jugó solo con la mala fortuna que el gol no cayera. Los Blancos empezaron a vivir en campo contrario, tocando y llegando con Isco mostrando su incidencia. Un zapatazo al 19’ de Marcelo y el arquero del Submarino Amarillo hizo una parada para el recuerdo. Cuatro minutos después, Cristiano la reventó en el travesaño tras el roce del fenomenal Asenjo. No pasó mucho tiempo para que Ronaldo volviera a aparecer con Modric como el creador, pero Ronaldo no andaba fino, la quiso cruzar y la mandó desviada. ¡Qué manera de fallar!
A veces se tiene la impresión que estamos ante la copia de Ronaldo, el que hace los desbordes o busca los espacios pero nunca concreta, el que se cree que está divorciado con el gol, al que todo le sale mal sin que lo busque. Ahora que no jugó Karim Benzema, se acabaron las culpas hacia el francés. Da igual quién sea el delantero en punta, el fallo es sistémico y parece que la hemorragia sigue sangrando sin control. Todavía Ronaldo tuvo otro chance que mandó a las redes laterales.
No obstante, ya el encuentro se tornaba como una broma ante la ofensiva del Madrid, debido a que antes de finalizar la primera parte, Bale hizo un recorte en el área y golpeó la pelota que pasó saludando la portería y luego otra vez Ronaldo tras pase de Isco, aún nadie se lo puede creer, otro fallo.
En la segunda mitad el Madrid bajó la intensidad, el Villarreal amenazó un par de veces con marcarle a Navas pero sin suerte, hasta que al minuto 88’, el español Pablo Fornals hizo una jugada maestra tras el rechazo magistral de arquero costarricense.
El Madrid, que ya se había despedido de la Liga, buscaba mejorar como conjunto para encaminarse en la Champions y la Copa del Rey, pero solamente encontró la duda y la escasez de definición otra vez.