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Alejandro Ayón

Los abandonados de la calle

Escribir sobre los abandonados de la calle o indigentes, seres humanos sin hogar, es un tema duro y doloroso, pero una realidad que todos los días asciende en nuestros países de Centroamérica, son múltiples las razones por lo que esta lamentable situación va en aumento, la inexistencia de políticas claras para una solución concreta, las altas tasas de desempleo, el consumo de drogas, estupefacientes y alcohol, entre otros.

Es importante tratar el tema, y hacer conciencia, analizando qué está pasando para que este problema de los indigentes siga incrementándose.

No existe una cifra concreta acerca del número de indigentes que hay en Nicaragua, en un estudio realizado por el Inide en el año 2016 sobre pobreza y desigualdad nos dice que el 6.9 por ciento de los nicaragüenses vive en pobreza extrema (con menos de 1 dólar al día), estos no necesariamente viven en la calle, no se menciona en el estudio un número de indigentes existentes.

En el año 2016, un reportaje realizado por un medio de comunicación mostró que no existen refugios gubernamentales para las personas que viven en las calles, lo que existen son acciones caritativas de forma individual o religiosa para suministrarles alimentos. El Ministerio de la Familia tiene ciertos programas para niños y adolescentes, pero aún no para los indigentes. La realidad se puede ver a simple vista, sobre todo en las noches, en diferentes puntos de la capital a estas personas durmiendo debajo de puentes, entradas de iglesias, cerca de paradas de buses y otros sitios que a veces los escogen para protegerse del frío, de los asaltantes o desalmados que los maltratan. En el mes de diciembre, por los cambios de temperatura se han reportado en algunos países de Centroamérica el fallecimiento de indigentes por el frío que les produjo hipotermia (disminución de la temperatura corporal a menos de 36 grados centígrados).

El 8 de agosto del 2017, doña Doraldina Zeledón Úbeda escribió un artículo en este diario titulado “Están visibles pero no los vemos” y se refería a los alcohólicos que están en las calles y en su artículo muy certeramente ella comenta: “es un problema de salud pública y de derechos humanos…”, haciendo énfasis en la prevención.

Una vez uno de tantos muchachos indigentes me decía que para ellos solo existía el momento, que sus compañeros de calle eran sus amigos o familia y que sentían que no tenían nada, porque el hecho de no tener un techo, una cama o un piso donde dormir, una voz amiga o familiar que escuchar, donde el techo sean las estrellas o el cartón con que te cubrís el cuerpo, que el silencio sea tu compañía, mientras la mente huye de su realidad a través de las drogas o el alcohol, esperando que llegue otro amanecer para seguir ahí… a veces buscando algo que no saben qué es o sencillamente seguir perdidos… ahí es donde sienten el verdadero abandono, cuando hasta ellos mismos se abandonan para no sentir dolor.

Es hora de tomar conciencia del problema y hacer algo por ellos.

El autor es cirujano pediatra.
Twitter: @DrAayon

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