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Qué es hiperémesis gravídica y cómo afecta a las embarazadas

La especialista señala que las mujeres que la padecen suelen presentar, además, alteraciones analíticas. “Debido a los vómitos, tienen una disminución de los iones, del sodio y del potasio”, apunta

Kate Middleton ha recuperado su agenda y es habitual verla en diferentes actos y eventos. Las páginas de las revistas del corazón vuelven a llenarse con fotos y artículos sobre su peinado, sus complementos, sus vestidos y abrigos premamá.

Pero hasta hace muy poco, la duquesa de Cambridge copaba los titulares por un motivo bien distinto: la hiperémesis gravídica, una patología que ha padecido en sus tres embarazos.

“Durante el primer trimestre del embarazo, alrededor del ochenta por ciento de las gestantes sufre un cuadro de náuseas y vómitos, sobre todo matutinos. Cuando los vómitos empiezan a ser muy intensos y no permiten una tolerancia adecuada a líquidos ni a sólidos es cuando hablamos de una hiperémesis gravídica”, explica Yolanda Cuñarro, ginecóloga del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

No es exclusiva del primer trimestre

La especialista señala que las mujeres que la padecen suelen presentar, además, alteraciones analíticas. “Debido a los vómitos, tienen una disminución de los iones, del sodio y del potasio”, apunta.

Cuñarro aclara que, a la hora de diagnosticar a una mujer de hiperémesis gravídica, no importa tanto el número de veces que vomita al día, sino la falta de tolerancia a alimentos sólidos y líquidos. “Hay pacientes que vomitan y luego son capaces de comer y beber. Sin embargo, otras no pueden tolerar ningún tipo de líquido ni de sólido y lo vomitan absolutamente todo”, precisa.

Foto: LA PRENSA/REVISTAQMX

La ginecóloga comenta que lo más frecuente es que la embarazada experimente este cuadro durante los tres primeros meses de gestación.

“Pasada la semana 12 es menos habitual, pero hay pacientes que pueden tener una hiperémesis que dure todo el embarazo. Es decir, la hiperémesis puede continuar, no es exclusiva del primer trimestre”, recalca.
La especialista señala que la prevalencia de la hiperémesis gravídica es variable. Según los datos que reflejan los estudios oscila, desde el 0,5 por ciento (una de cada 200 embarazadas), hasta el 2 por ciento (una de cada 50)”, detalla.

Algunas mujeres con esta patología necesitan ser ingresadas en un hospital para recibir tratamiento.
En este sentido, los especialistas del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido aconsejan a las gestantes que tengan náuseas y vómitos con frecuencia y que no toleren los alimentos, que se lo comuniquen a su doctor o que contacten con un hospital cuanto antes, pues existe riesgo de deshidratación.

“Hay medicamentos que se pueden utilizar durante el embarazo, incluyendo las 12 primeras semanas, para ayudar a mejorar los síntomas de la hiperémesis gravídica. Se trata de los fármacos antieméticos (que sirven para mitigar los vómitos y las náuseas), las vitaminas y los esteroides o bien de una combinación de ellos”, puntualizan.

La doctora Cuñarro afirma que la mayor parte de las pacientes mejoran en unos días con antieméticos intravenosos y con una reposición de sus trastornos hidroelectrolíticos, mediante sueroterapia y vitaminas.

Atención a la pérdida de peso

En cambio, otras sí pueden tener un cuadro más grave “debido a las alteraciones analíticas como la hipopotasemia, pero es poco habitual que tengan complicaciones maternas graves, pues la hiperémesis no suele tener una repercusión importante en el desarrollo del embarazo”, subraya.

“La hiperémesis gravídica es desagradable y tiene síntomas intensos, pero la buena noticia es que resulta muy poco probable que dañe al bebé si se trata de manera eficaz. Sin embargo, si la hiperémesis conduce a una pérdida de peso durante el embarazo, se incrementa el riesgo de que el bebé nazca con bajo peso”, expresan los especialistas del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.

La causa de la hiperémesis gravídica es desconocida. “En pacientes con embarazos gemelares o múltiples, puede ser más sintomática debido al aumento de la hormona del embarazo Beta HCG”, detalla la doctora Cuñarro.
“Las pacientes con una enfermedad trofoblástica en el primer trimestre, como una mola parcial o una mola completa, también tienen mayor riesgo de desarrollar esta patología”, añade.

La enfermedad trofoblástica de la gestación “comprende un grupo de enfermedades poco frecuentes en las que se forman células anormales en el interior del útero después de la concepción. La mola hidatiforme es el tipo más común de enfermedad trofoblástica de la gestación”, aclaran los expertos del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.

Diferencias entre  embarazos molares

Una mola hidatiforme o embarazo molar “comienza cuando se fecunda un óvulo pero, en vez de dar lugar a un embarazo normal y viable, la placenta se convierte en una masa anormal de quistes. En un embarazo molar completo no hay embrión ni tejido placentario normal.

En cambio, en un embarazo molar parcial hay un embrión anormal y posiblemente algún tejido placentario normal. El embrión comienza a desarrollarse, pero con malformaciones, y no puede sobrevivir”, detallan los expertos de Mayo Clinic.

Además, estas mujeres tienen un mayor riesgo de presentar hiperémesis gravídica. “No hay una causa única de hiperémesis gravídica, la causa siempre es multifactorial”, expone la doctora Cuñarro.

“Hemos visto que muchas de las pacientes que habitualmente ingresan en nuestra planta tienen un componente psicológico o familiar importante. A veces son embarazos no del todo deseados, las mujeres están en un ambiente laboral complicado o tienen problemas con su pareja. Todo esto puede predisponer a un mayor riesgo de desarrollar hiperémesis gravídica”, comenta.

Para sobrellevar la hiperémesis gravídica, la ginecóloga recomienda hacer comidas bastante frecuentes pero poco abundantes.

“Es mejor comer varias veces al día pequeñas cantidades que hacer las dos o tres comidas habituales”, asegura. También aconseja evitar las comidas muy grasas y las picantes, pues pueden favorecer la intolerancia y el riesgo de vómitos.

Asimismo, la experta hace hincapié en la hidratación. “Es fundamental beber mucho líquido, pero no grandes cantidades de una sola vez, sino muchas veces y poca cantidad cada una de ellas”, precisa.

Además, la doctora recomienda a las pacientes con hiperémesis “que se laven los dientes o usen un colutorio siempre que ingieran cualquier alimento, para que no tengan la sensación ni el sabor de la comida de forma constante en la boca”.

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