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Ramón Flores no fue protegido por los Gigantes y debe ser uno de los jugadores más buscados. LA PRENSA/ARCHIVO

“Esta victoria nos cambia el ánimo”, dice Ramiro Toruño, mánager de los Gigantes

El efecto de la victoria ha tocado a los Gigantes de Rivas. El semblante colectivo pasa a ser festivo y ya no una expresión funesta, después de resurgir.

El efecto de la victoria ha tocado a los Gigantes de Rivas. El semblante colectivo pasa a ser festivo y ya no una expresión casi funesta. En palabras de Ramiro Toruño, mánager del equipo del sur, este primer triunfo en la final es como un bálsamo, una especie de refrigerio que llega en el momento en que había más sequedad.

“Sin duda, nos encontrábamos en una situación que era difícil. No será lo mismo amanecer 2-1 que 3-0. La ventaja se habría convertido en insostenible, pero todo esto cambia el ánimo de los peloteros”, dijo Toruño en entrevista con el periodista Francisco Jarquín, evidentemente contento.

“Teníamos que ganar este juego, había presión por todos lados, tanto en los Gigantes como en los Tigres. Se nos viene un partido en la casa de ellos y espero que las cosas nos sigan saliendo bien”, añadió el timonel.

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En una noche que parecía bañarse de desilusión, al llegar perdiendo 4-2 al noveno episodio, los Gigantes emparejaron la pizarra, obligando a extra innings para después reclamar la victoria.

“Ese fue el momento cumbre, sabíamos que el empate nos garantizaba el alargue del juego, pero nunca bajamos la cabeza, nos motivamos y nos dijimos que procuráramos la mejor defensa y que después los batazos aparecerían. Hay un equipo gigante que será campeón”, apuntó el receptor Juan Carlos Torres.

“No perdimos las esperanzas”

“Nunca perdimos las esperanzas. Esto era lo que necesitábamos para enchufarnos y salir adelante. Tenemos un buen equipo y ya hemos despertado”, agregó el jardinero izquierdo Wuillians Vásquez.

Raramente, el patrullero Ramón Flores dijo no sentir presión al llegar abajo en la serie. Su hipótesis es que en el beisbol nada está garantizado y tantas probabilidades había de resurgir como de hundirse todavía más.

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“Si nos barríamos no íbamos a ser los primeros. He aprendido a jugar sin miedo, con todo el atrevimiento posible y me gozo con esta victoria que logramos en casa”, apuntó “Moncho” Flores.

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