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Guillermo E. Miranda

El magistrado no tiene quien le escriba

El otrora poderoso, prepotente y altanero presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto Rivas, se ha quedado sin quien le escriba o le reciba sus llamadas, cumpliéndose así aquel refrán que dice: ríe y el mundo reirá contigo, llora y llorarás solo. Escribir sobre las consecuencias por haber sido sancionado por la Ley Magnitsky Act me parece sobrancero, pues ya mucho se ha escrito sobre el tema. Así que me limitaré a analizar su posible relación futura con el gobierno.

Se dice que la noticia la recibió en España, país del que salió corriendo para buscar la seguridad que solo aquí podría tener, de esa fecha al día de hoy no ha brindado ningún tipo de declaración ni se ha dejado ver, por lo que su incertidumbre por la llamada que todavía no llega y el mensaje que no recibe, de seguro lo deben tener más que preocupado. Pero si bien es cierto que don Roberto Rivas tiene suficientes motivos para preocuparse, sus benefactores y beneficiarios de sus acciones, también deben tener las mismas preocupaciones, sin saber todavía qué hacer con su protegido caído en desgracia.

Descartemos la posibilidad que le puedan conseguir algún puesto público y mucho menos diplomático, así que la protección o apoyo tendrá que venir por otra vía menos comprometedora. Por lo que a mi juicio, los días de Rivas en el CSE van a durar lo que dure su protector en decidir cuándo lo repone. Pensar que una vez fuera del gobierno pueda ser investigado para conocer el origen de su fortuna, es algo que no creo que pase por lo menos en este gobierno y para ello cuentan con la complicidad de sus aliados del PLC en la Asamblea Nacional. Pero si el futuro político del presidente del CSE luce más negro que una cueva de vampiros, el futuro del gobierno luce igual o peor de oscuro, pues los ojos del mundo esperan con paciencia para ver qué hacen con su corrupto manipulador de elecciones.

Mientras tanto la negativa de Rivas a renunciar le está dando resultados aunque las consecuencias las comienza a sufrir el gobierno. El presentador Jaime Arellano usualmente bien informado, asegura que vienen más nombres y más sanciones, afirmación con la que coincido totalmente. Los nuevos nombres que se mencionan, tienen el agravante que tocan de lleno la cúpula política del FSLN y sus representantes en los diferentes poderes del Estado. Se afirma que falta más de una ronda con nombres, los que podrían llegar a sumar unos quince. Aunque si nos preguntan a los nicaragüenses les aseguro que la suma podría ser de varias docenas.

No quiero finalizar este artículo sin referirme al ridículo que está haciendo el gobierno en su afán de distraer la opinión pública que está pendiente de lo que pase con Roberto Rivas. Me refiero a los nombres que publicaron que tienen glosas pendientes en la Contraloría y las encuestas que se mandaron a fabricar en donde el encuestador tiene que hacer malabares para conseguir las repuestas que el gobierno desea. Solo así se explica la aseveración que el ochenta por ciento de los nicaragüenses repudia la Nica Act y que nueve de cada diez no están de acuerdo con la intromisión de gobiernos extranjeros en los asuntos nacionales. En otras palabras, nos quieren hacer creer que los nicaragüenses estamos felices con tener un gobierno totalitario y violador de nuestros derechos humanos, que se roban las elecciones y que mantiene funcionarios corruptos que hoy son millonarios al igual que Rivas.

El autor es analista político.

Opinión Magistrado Roberto Rivas archivo
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