Con el último hombre fuera de los Gigantes de Rivas, los Tigres aseguraron su cuarto campeonato y segundo consecutivo en la XIII Liga de Beisbol Profesional de Nicaragua (LBPN) y en Chinandega la pólvora se dejó sentir como si fuese un siete de diciembre. A partir de entonces los chinandeganos se lanzaron a las calles para recibir a los campeones.
Los fanáticos en vehículos y motocicletas, con matracas, parlantes y sonido estridente, cientos con redoblantes, vuvuzuelas, que lucían cintas, mascotas-tigres de peluche, camisetas, gorras y atuendos recibieron en la entrada de la ciudad a las 3: 14 a.m. del sábado a los vencedores de los Gigantes de Rivas.
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Digna Rocha, con su familia, no paraba de celebrar en las inmediaciones de la Rotonda Monumento Al Trabajo, gritaba eufórica por el triunfo. Acompañada de sus hijos saludó al equipo que viajaba en la canastera de la misma unidad de transporte que les trasladó en la temporada.
“Regresé de España y esto es un excelente regalo”, mencionó la señora que desde Europa estuvo atenta a la XIII edición de la Liga Nicaragüense de Beisbol Profesional.
La joven Lorena Sirias, procedente del reparto Walter Arata no durmió, al extremo que cargaba a su bebe de dos años, como decenas de madres que se observaron a lo largo de la celebración por el nuevo triunfo del conjunto occidental, al que le hacían fotos para el recuerdo.
Agradecen a patrona nacional
Un cálculo es de 20 mil personas en las calles y los alrededores de la Rotonda Monumento al Trabajo que bloqueaban el paso del bus y los peloteros que levantaban el trofeo.
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Grupos de jóvenes y adultos entonaban el corrido de Chinandega, del chinandegano Tino López Guerra.
El trabajo policial fue efectivo para permitir la circulación hacia la Basílica Menor Nuestra Señora del Trono, Santuario Nacional Mariano en la ciudad de El Viejo, donde los campeones agradecieron a las 4:00 a.m. y celebraron también entre centenarios de aficionados.
Alegría en la zona rural
Luis Meza, habitante de la Comarca San Benito número uno, carretera Chinandega-León, relató que el vecindario desde la comunidad Cosmapa, repartos y colonias, hasta la ciudad de Chinandega, estuvo atento al paso de los Tigres. En el empalme de Chichigalpa la población esperó inquieta a los campeones.
José María Bustamante, sonaba su vuvuzuela y con apenas voz audible dijo que llegó con varios amigos desde el reparto Camilo Ortega a darles la bienvenida a los Tigres. “No me importa desvelarme”, comentó.