La Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) rechazó de las fronteras, el año pasado, a 14,330 migrantes nicaragüenses que entraban a Costa Rica de modo irregular, equivalentes al 88,2% de las 16,244 personas que este país devolvió de todos sus puestos migratorios (incluidos aeropuertos y puertos).
Los rechazos de nicaragüenses se dispararon en 2017, comparado con cifras de años anteriores. En 2014 Costa Rica rechazó a 14,679 nicaragüenses, en 2015 a 10,099 y el año 2016 a 6,754.
El total de todos los extranjeros rechazados de Costa Rica esos mismos años son de 16,346 durante 2014; de 12,235 en el 2015 y 10,716 el año pasado.
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El rechazo es la medida administrativa de devolución migratoria aplicada por la DGME al foráneo, al momento de ingresar a territorio costarricense por puesto migratorio no habilitado o que no cuente con los requisitos de ingreso.
En cambio, un extranjero es deportado de Costa Rica cuando es encontrado dentro de su territorio en condición migratoria irregular.
En el caso de los nicaragüenses, generalmente son personas que viven y laboran dentro de este país sin tener su documentación legal para ambas cosas.
La cifra de deportaciones de 2017 dice que los nicaragüenses fueron 549, el 68,8% del total de 798 deportados durante el año pasado.
En 2014 la DGME deportó a 497 nicaragüenses, en 2015 fueron 430 y el año 2016 fueron 262.
El total de todos los extranjeros deportados de Costa Rica fueron de 724 en 2014, 1,149 en 2015 y 420 en 2016.