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La escasez de Venezuela da esperanzas a mataderos de Nicaragua para exportar

Desde octubre del año pasado Venezuela dejó de hacer pedidos de carne, situación atribuida por la industria a la reducción del acuerdo petrolero.

El cierre del mercado venezolano a la carne nicaragüense podría estar incidiendo, junto a otros factores, en la reducción de la matanza, mientras la industria no descarta que la escasez de alimentos que enfrenta el país sudamericano impulse la reanudación de ese intercambio.

Venezuela se había convertido en el segundo mejor comprador y uno de los principales consumidores de los cortes selectos, que tienen los precios más altos, pero que no se colocan con facilidad en otros mercados. Pero desde octubre del año pasado dejó de hacer pedidos, situación atribuida por la industria a la reducción del acuerdo petrolero.

Sin embargo, antes que cesaran los pedidos, el sector temía que estas compras se interrumpieran debido a las prohibiciones que se derivan de las sanciones que en agosto pasado Estados Unidos le impuso al Gobierno de Venezuela y a la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), empresa dueña del 51 por ciento de Alba de Nicaragua SA (Albanisa), de la que es parte Alba Alimentos de Nicaragua SA (Albalinisa), empresa local con la que se negociaban los envíos de alimentos al país sudamericano.

Canicarne Explica reducción de matanza

La Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne) admite la reducción de la matanza, pero la atribuye principalmente a la reducción de la oferta de ganado.

“La matanza industrial sí ha bajado. Hay una tendencia hacia la baja por menor oferta de ganado desde septiembre del año pasado y el primer mes de este año, lo que es extraño, pues son meses de cosecha”, dice Onel Pérez, director ejecutivo de Canicarne.

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Según Pérez, los productores atribuyen la merma a que los hondureños andan comprando mucho ganado. “Pero esto no se refleja en esa magnitud en las exportaciones de ganado en pie a Honduras en los registros del Cetrex (Centro de Trámite de las Exportaciones), lo que preocupa a la industria, por los antecedentes de contrabando que hubo hace unos dos años”, señala Pérez.

Faganic y Conagan exponen sus criterios

Por su parte, el presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), Álvaro Vargas, considera que la reducción de la oferta de ganado a los mataderos es consecuencia de los años de sequía, ya que el ganado que actualmente debería estar listo para el sacrificio es el que nació hace tres años, cuando el sector enfrentó graves problemas por la sequía.

Enrique Moncada, directivo de la Comisión Nacional Ganadera de Nicaragua (Conagan) y del matadero Nuevo Carnic, admite que “Venezuela con Centroamérica, Puerto Rico y el mercado local consumían casi la totalidad de los cortes selectos que se producen en el país y que podría ser hasta el 40 por ciento del total de la producción”.

Con el cierre del mercado venezolano y la reducción de las compras de Puerto Rico, provocada por los daños que sufrió con el paso de los huracanes el año pasado, solo queda Centroamérica y el mercado local, entonces hay que buscar nuevos mercados, pues por sus características de calidad la mayoría de los cortes selectos no son adquiridos por el principal comprador, que es Estados Unidos, dice Moncada.

“Esperamos no tener que llegar a la desgracia de vender los cortes selectos como cortes industriales, que se pagan más baratos, pero sí hay cortes selectos que se nos pegan en los mataderos y tenemos que buscarles una salida en el mercado estadounidense, pero en empresas especializadas que compran ese tipo de cortes”, explica Moncada.

La industria local no descarta que se siga exportando carne a Venezuela, aunque sea en menor volumen. “Ese país está en urgente necesidad de alimentos y más temprano que tarde va a importar carne, ya sea de Nicaragua o de cualquier otro país”, dice Pérez.

En el caso de no poder reanudar las ventas a Venezuela, Canicarne confía en que las 6,500 toneladas de cortes selectos que el año pasado compró ese país, se coloquen en los mercados centroamericanos y se trataría de vender otra parte en nuevos mercados, como Chile.

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