Que el poder se concentre en el secretario general de la Alcaldía de Managua, Fidel Moreno, al punto que su firma sea la única válida para las contrataciones, pasando por encima de la alcaldesa Reyna Rueda, para el experto en municipalismo Manuel Ortega Hegg no es un caso aislado en Nicaragua, solo la muestra más clara que no se respeta la voluntad popular.
Su argumento está basado en un aspecto que desde hace varios años es conocido públicamente: Hay localidades en que manda más el secretario político que la persona que participó en las elecciones y fue declarada ganadora por el Consejo Supremo Electoral (CSE).
“El voto ciudadano finalmente lo que significa es hacer residir en el alcalde las principales funciones que implican poder en la alcaldía y el decidir qué inversiones se hacen y cómo se hacen es una función del Concejo Municipal que ejecuta normalmente el alcalde”, analizó Ortega Hegg.
Pero, para el partido en el gobierno, tiene más peso su modelo político que las propias leyes y “quienes toman las grandes decisiones son los no electos. Eso está ocurriendo en todas las esferas del Gobierno”.
Sus valoraciones surgen luego de que LA PRENSA publicó el jueves pasado que en la administración de Rueda, el nombre del apoderado general es Moreno.
Esta fue la misma tónica en los ocho años y medio que Daysi Torres ocupó la silla principal de la comuna capitalina, e igual en los pocos meses que estuvo Alexis Argüello y que finalizó con su sorpresiva muerte.
Manera de desconocer voluntad del pueblo
El punto de que debería ser el alcalde quien ejerza poder en sus territorios va más allá de un asunto de justicia política, si no que trasciende al respeto de la decisión popular, manifestada en los sufragios que son cuestionados.
“Esta es una manera de desconocer el poder de los ciudadanos, el poder del voto. Finalmente quien gobierna no son los electos, lo que significa que el voto ciudadano dejó de ser un poder”, agregó Ortega Hegg, quien no cree que varíe en los próximo años, al menos en el caso de la capital, porque es un esquema del gobierno central en turno.
Además recordó que restarle capacidad y protagonismo a los alcaldes es para evitar que trasciendan sus figuras y en el futuro se conviertan en candidatos presidenciables.
Basta con echar un vistazo a nombres de personas que primero fueron alcaldes y después presidentes, o aspirantes que tenían un alto respaldo de la población por su aplaudida gestión municipal: Arnoldo Alemán, Herty Lewites y Dionisio Marenco.
Autonomía debilitada
Los municipalistas que han seguido de cerca el funcionamiento de las alcaldías en manos de Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) han manifestado en reiteradas ocasiones que se ha debilitado la autonomía municipal porque en la mayoría de los casos se ejecutan obras y programas que no precisamente representa la necesidad y voluntad del pueblo, si no el deseo del Gobierno central.
Una municipalidad donde se refleja constantemente es la capital. La comuna desarrolla obras puntuales que son demandadas por la Presidencia. Casos puntuales y recientes son: Paseo Xololtán, parque campestre El Vivero, Paseo del Estudiante, rotonda Hugo Chávez, Plaza 22 de Agosto y los museos a Augusto C. Sandino y Rubén Darío.
153
municipios tiene Nicaragua, de los cuales actualmente 135 están en poder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). En todos estos se ejecutan obras y programas que demanda la Presidencia.
Responsabilidades de Reyna Rueda
Reyna Rueda no aparece como la apodera general de administración de la Alcaldía de Managua en los pliegos de base y condiciones de los proyectos. Su función se reduce a encabezar las sesiones municipales del Concejo Municipal y los cabildos, además de firmar convenios y participar en actividades formales de la comuna capitalina. También a veces visita proyectos de la ciudad.