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Además de padecer microcefalia la bebé de Marianela Caldera tienen problemas en vista y padece de hipertonía muscular. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

Además de padecer microcefalia la bebé de Marianela Caldera tienen problemas en vista y padece de hipertonía muscular. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

Los bebés de Nicaragua nacidos con microcefalia por el virus del zika

Cientos de niños nacieron con microcefalia a causa del zika y Nicaragua no fue la excepción. Aunque se desconocen las cifras oficiales de los casos, algunas madres cuentan cómo cambió sus vidas y cómo enfrentan esta discapacidad.

Desde que a Maryuri Flores, de 31 años, le iniciaron los síntomas del zika una preocupación asaltó su mente. Tenía ocho semanas de embarazo y había escuchado que ese virus causaba microcefalia en los recién nacidos. La doctora que la atendía le recomendó que se tranquilizara y esperara el parto para confirmar si su hija nacía o no con microcefalia, pues el daño ya era irreversible.

“Es duro porque prácticamente vas a confirmar un diagnóstico que sabés que allí va a estar, pero también te da una fuerza de querer sacar a tu bebé adelante”, dice Flores.

A Esther García y Yumayra Téllez, ambas de 22 años, la noticia les llegó de romplón. Ellas ni siquiera sabían que habían tenido zika durante su embarazo, pues el único síntoma que sufrieron fue rash, y por eso ninguna de las dos le notificó al médico que monitoreaba su embarazo. Tampoco les detectaron la microcefalia en los ultrasonidos.

El Gobierno de Nicaragua públicamente solo reportó dos casos de niños nacidos con microcefalia a causa del zika. Sin embargo, hubo más casos que no se dieron a conocer y que no están recibiendo la atención debida. LA PRENSA habló con algunas de las madres y ellas cuentan qué ha pasado con sus vidas después del virus del Zika.

Microcefalia y Zika

Yumayra Téllez tuvo que migrar desde Boaco a Managua para que su hija recibiera la atención y terapias requeridas. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE
Yumayra Téllez tuvo que migrar desde Boaco a Managua para que su hija recibiera la atención y terapias requeridas. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

En la Navidad del 2016 lo único que Yumayra Téllez deseaba era que su hija viviera. Había viajado desde Boaco hasta Managua para que ese milagro se le hiciera realidad, pues en el hospital de ese departamento le dijeron que el corazón de su hija estaba latiendo débil. En Managua los médicos le hicieron una cesárea de emergencia, pero al momento del parto oyó que los doctores decían que su hija no reaccionaba. En medio de su desesperación e impotencia solo pudo decir: “Mi niña, no quiero estar sola. No me dejés”, recuerda entre lágrimas.

A la mañana siguiente se dio cuenta que lo más duro estaba por venir: su hija había nacido con microcefalia grave. Este es un tipo de microcefalia en la cual la cabeza es aún más pequeña de lo que debería ser. Yumayra estaba devastada porque nunca había oído hablar de esa enfermedad y no sabía las consecuencias que esta traería en la vida de su hija. También ignoraba que el causante de esto había sido el zika.

La relación entre la microcefalia y el zika no es nueva, afirma el epidemiólogo Leonel Argüello. Sin embargo, fue hasta que en 2015 hubo un brote de este virus en Brasil y aumentaron los casos de microcefalia que se conoció la relación directa. Sin embargo, el daño a los fetos de las embarazadas varía según el trimestre del embarazo.

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“En las primeras semanas el embrión se está formando. Entonces, las células madre están formando los órganos y las células del cerebro. Es allí cuando ataque el zika. Este infecta las células y las daña, provocando que el hueso que cubre el cerebro no crezca. Por ende, el cerebro tampoco crece”, explica.

Y si la mujer embarazada se infecta durante el segundo o tercer trimestre, también es probable que los niños sean afectados. Pueden tener problemas en la vista, su desarrollo puede ser más lento o bien pueden tener dificultades para hablar.


Microcefalia

La microcefalia es una malformación congénita en la que la cabeza del niño es más pequeña de lo normal. Hay diferentes causas: una de ellas son las infecciones, exposición a productos químicos, desnutrición y el virus del Zika. Los niños con esta malformación pueden sufrir epilepsia, parálisis, problemas de aprendizaje, problemas visuales y auditivos, según la OMS.

El epidemiólogo Leonel Argüello afirma que los niños que padecen microcefalia generalmente no viven más de 15 años y a veces no llegan a los 10 años. Sin embargo, esto depende de la calidad de vida que los padres les proporcionen.

“No se sabe mucho sobre la esperanza de vida de estos niños porque esto es nuevo. Esto va a depender de la clase social, porque si vos tenés dinero es posible que vivás más tiempo”, dice Argüello.


Pequeños logros

Fue hasta el momento del parto que Marianela Caldera se enteró que su bebé había nacido con microcefalia. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE
Fue hasta el momento del parto que Marianela Caldera se enteró que su bebé había nacido con microcefalia. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

La hija de Marianela Caldera, de Matagalpa, tiene casi nueve meses, pero su cuerpo parece de un bebé de seis meses. Aún no tiene dientes y su cabeza está bien formada, a pesar de que padece microcefalia. Para ella, alzar la cabeza y sentarse son logros que le tomó varias semanas de fisioterapias alcanzarlos y caminar es un milagro que su mamá espera cumplir.

Cada juguete tiene una función. En la fisioterapia, a la que va semanalmente, los usan para que su cerebro aprenda a mover su cuerpo. Los chichiles le sirven para estimular el oído, las pelotas para fortalecer su torso y para que aprenda a levantar la cabeza. Pues como consecuencia de la microcefalia la hija de Caldera padece de hipertonía, es decir, tiene los músculos muy rígidos y eso le impide doblar las rodillas y abrir las manos. Por eso, debe ir a las fisioterapias. También tiene problemas visuales.

El hijo de Esther García, Greyving, también es de Matagalpa. Él nació en una comunidad llamada La Majadita, a 15 kilómetros del casco urbano de San Isidro. Y aunque el próximo mes cumplirá un año, aún no puede sentarse y de día no puede abrir sus ojos.

A ella los médicos le han dado pocas esperanzas de vida, no sabe si podrá caminar algún día y por cuidarlo hasta dejó los estudios. “Los médicos no me aseguran nada. Pero sí me dicen que puede llegar a caminar, a ser normal. Yo no me siento deprimida porque Dios sabe por qué hace la cosas. No puedo renegar”, dice resignada Esther García.

Minsa oculta cifras reales

El Ministerio de Salud (Minsa) no ha revelado la cantidad oficial de niños con microcefalia por zika que hay en Nicaragua. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVERRTE
El Ministerio de Salud (Minsa) no ha revelado la cantidad oficial de niños con microcefalia por zika que hay en Nicaragua. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

El 2016 fue el año en que más casos de zika se reportaron en Nicaragua. Según datos oficiales del Minsa, hubo 2,055 casos confirmados y de esos había 1,114 casos de mujeres embarazadas. Por eso al epidemiólogo Leonel Argüello le parece imposible que no se hayan reportado más casos de microcefalia por zika en el país. A nivel de Centroamérica, Nicaragua fue el país que más casos registró, según indicó la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Costa Rica reportó 1,553 casos confirmados, de los cuales 139 casos eran de embarazadas.

“Todos los niños que nazcan con microcefalia o los que nazcan con retraso en el desarrollo o problemas de la vista son niños que tienen que descartarse si fue el zika o no”, dice el epidemiólogo Leonel Argüello.
Después que a Maryuri Flores, de Managua, le diagnosticaron zika durante su embarazo, miembros del centro de salud de su barrio llegaron a su casa a fumigar para exterminar los zancudos y comenzaron a hacerle un control. Sin embargo, dice, que llegaban ocasionalmente o la llamaban para preguntarle qué le habían dicho en el hospital privado donde se estaba controlando el embarazo.

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“Me llamaban y me preguntaban los resultados de los exámenes que me daban en el Seguro. Pero después que la niña nació se perdieron y pasaron seis meses sin llegar a la casa. Fue hasta hace poco que regresaron y me dijeron que el Gobierno estaba retomando los casos, pero únicamente llega una enfermera a hacerme preguntas”, dice.


La historia del zika

La primera vez que se habló sobre el virus del Zika fue en 1947, cuando un grupo de científicos viajó al Lago Victoria, en Uganda, para buscar muestras de la fiebre amarilla. Allí encontraron a un mono que tenía un extraño virus no reconocido hasta entonces y lo bautizaron como el virus del Zika por el nombre del bosque. Cuatro años después se registró el primer caso de virus en humanos y se descubrió que quien lo transmitía era el mosquito Aedes aegypti, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En las décadas de los años sesenta y ochenta el zika se propagó hacia algunos países de África y Asia, pero fue hasta en 2007 que se reportó el primer brote significativo en la Isla Yap, Micronesia, y fue en junio de 2015 en Brasil que se estableció una relación entre el zika y el síndrome de Guillain-Barré, y en octubre del mismo año su asociación con la microcefalia.

En ese país hubo más de dos mil casos confirmados de niños nacidos con microcefalia a causa del zika.


Cambios en la vida de los padres

Los primeros tres meses de vida de la hija de Yumayra Téllez fueron duros. La niña pasaba llorando de día y de noche y ella iba al médico y solo le decían que era normal, pero ella sabía que eso no era verdad. Tenía problemas para comer y por eso estaba baja de peso.

—Deme una cita donde pueda llevar a la niña. Alguna terapia donde me la puedan atender —le pidió a la pediatra.

—Es que no entiende, señora, no hay nada que hacer. Lo único que podemos hacer es esperar el día hasta donde llegue —le respondió.

—Deme la cita —le repitió—. Yo soy quien va a decidir si la llevo o no.

Por ese trato fue que decidió trasladarse a Managua a casa de la familia de su esposo para ser atendida por los médicos de la capital. Dejó su familia y se vino a vivir sola, pues su esposo trabaja fuera del departamento y solo lo ve los fines de semana.

“Yo no tenía planes de venir a vivir a Managua, pero sé que aquí ella tiene más oportunidades para sus terapias. Ha sido duro, pero yo la puse en manos de Dios. Nunca la he rechazado porque es mi hija, y la amo tal como es”, dice.

Marianela Caldera y Maryuri Flores se conocieron en un grupo de ayuda en Facebook para las madres que tuvieron hijos con microcefalia a causa del zika. LA PRENSA/ CORTESÍA
Marianela Caldera y Maryuri Flores se conocieron en un grupo de ayuda en Facebook para las madres que tuvieron hijos con microcefalia a causa del zika. LA PRENSA/ CORTESÍA

Maryuri Flores también tuvo que renunciar a su trabajo porque desde que nació su hija el tiempo que le consume atenderla es desgastante. Por la microcefalia es más vulnerable a padecer otras enfermedades. De hecho, esta semana ha pasado en el hospital porque su hija tiene problemas respiratorios y además pescó una bacteria.

La situación de Esther García es similar a la de Maryuri, aunque su hijo se enferma poco. Los cuidados solo ella se los puede dar. Por eso mismo, no planea tener más hijos, pues no podría darle atención debida a su hijo con microcefalia.

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“Yo estaba estudiando, mis planes eran sacar mi bachillerato y pensaba estudiar el próximo año, pero no hay nadie que lo cuide como yo. No se pueden las dos cosas, o se hacen bien o no se hacen. Por el momento ya no pienso tener más hijos, porque no sé cuánto lo voy a cuidar, si ocho o nueve años”, dice.

El apoyo de otras madres que tienen hijos con microcefalia ha sido fundamental para ellas, confiesan. Pero no para comparar a sus hijos, sino para aprender y motivarse las unas a las otras. Maryuri y Marianela se conocieron así. Ambas estaban en un grupo de Facebook de madres con niños con microcefalia por zika que está a nivel internacional y contando sus testimonios se hicieron muy amigas.

 

Dios no le va a dar niños especiales a madres que no son especiales. Si él me la dio a mi fue porque me sintió capaz y porque sabe que en mi corazón la iba a amar tal como es. Jamás renegué de ella y ni lo pienso para mi ella lo es todo”, Yumayra Téllez.


Brote de microcefalia en Brasil

E l virus del Zika llegó a América por primera vez en abril del 2015. El primer país en donde se reportaron los primeros casos fue en Brasil y poco a poco se fue propagando por varios países del Suramérica, hasta llegar a todo el continente, a excepción de Canadá. Pero fue hasta el 1 de febrero que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia sanitaria debido al brote de microcefalia por zika que se detectó en Brasil. Ese mismo año el gobierno brasileño reportó el nacimiento de más de 2 mil 700 niños con microcefalia por zika, en comparación con los 147 nacidos el año anterior.


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