Cuando el expelotero Hesse Stanly Loáisiga Palma habla de sus hijos peloteros (Dereck Loáisiga, Mike Loáisiga y Jonathan Loáisiga, estos dos últimos firmados por la organización Dodgers de Los Ángeles y Yanquis de Nueva York, respectivamente), el pecho se le infla de orgullo y sus ojos inevitablemente se le humedecen.
“Como padre y jugador que fui, me siento orgulloso de mis hijos. El talento ya lo traen en la sangre, es de familia”, dice Stanly, previo a un entrenamiento con el equipo Dantos, en el antiguo Estadio Nacional Dennis Martínez.
Jonathan se alista para entrenar por vez primera con el equipo grande de los Yanquis de Nueva York en los entrenamientos de primavera tras ser protegido en el roster de 40.
Stanly es cauteloso cuando se le consulta si ve llegar a sus hijos a Grandes Ligas. “Es difícil responder a esa pregunta porque eso no va a depender de lo que yo diga, sino de lo que ellos hagan. En el caso de Jonathan estar en el roster de 40 debe hacer que triplique su esfuerzo, esta es una carrera dura, cuidarse de lesiones, pero hay una gran posibilidad que llegue con la ayuda de Dios”, confesó Stanly, quien en su momento fue firmado por los Expos de Montreal.
¿Será el próximo?
Mike milita en la Liga de Verano de República Dominicana y fue firmado en el 2016 como parador en corto, pero juega como receptor por su buen brazo y buena defensa.
“No es solo firmar, sino es bonito que asciendan categorías, pero todo va a depender de su desempeño, su esfuerzo y disciplina”, finalizó el papá y entrenador Loáisiga, quien también tiene una hija llamada Mariling (17 años) producto también del amor con su esposa Ena Vanegas.
También fue firmado
En 1993, Stanly también tuvo la bendición de ser firmado, en ese entonces por Expos de Montreal, siendo compañero de equipo del dominicano Vladimir Guerrero, ascendido recientemente al Salón de la Fama de los Angelinos de Los Ángeles.
Stanly recuerda que desde pequeños a sus hijos les ha gustado el beisbol. “A ellos les digo que uno puede ser bueno, talentoso, pero si no tiene disciplina, no llega a ningún lugar”, agrega Stanly, quien debutó con el equipo Dantos en Primera División en 1992, tras iniciar en sus academias desde los 8 años de edad.
Stanly dice que el proceso de separación con sus hijos tras ser firmados ha sido difícil.“Viví eso y sé que es muy difícil, pero uno debe preparase para competir no con uno, sino con centenares de jugadores. El beisbol no es de suerte, sino por el esfuerzo, el trabajo fuerte en el campo y la disciplina, hay que ser positivo”, reflexionó el orgulloso papá.
Otra joya
Stanly Loáisiga también saca pecho con su otro hijo, Dereck Loáisiga, quien tiene 13 años y este año iniciará su etapa de secundaria.
“Dereck ya hizo selección nacional. Lo entreno y se ha desarrollado como jugador. Las perspectivas que tengo con él son seguir trabajando, sé que puede dar mucho, pero primero hay que estudiar”, dice Stanly.