14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Aprendizaje de los estudiantes

Es interesante que el Banco Mundial, en su “Informe de Desarrollo Mundial 2018 Aprender para hacer realidad la promesa de la educación”, recientemente presentado en Managua, ponga énfasis en los procesos de aprendizaje de los estudiantes, la formación de los docentes, la necesidad de superar los métodos pedagógicos tradicionales y el rol clave de la gestión escolar, con directores de los centros educativos mejor preparados.

También resulta interesante encontrar en el documento del gobierno: “Ejes del Programa Nacional de Desarrollo Humano 2018-2021”, lo que se dice con respecto a la “Educación en todas sus formas”. En los numerales 3 y 6 de esta sección se establecen como propósitos los siguientes: “3. Formación y actualización permanente de los docentes en el área disciplinar y pedagógica en articulación entre Mined, CNU e Inatec, a fin de incrementar capacidades y habilidades que permitan mejorar la calidad de los aprendizajes de los estudiantes”… “6. Mejoramiento del sistema de evaluación educativa en el aula, orientándolo al aprendizaje y centrado en el mejoramiento de la calidad educativa”. Ojalá estos objetivos no se queden en buenos propósitos si no se elaboran los planes operativos que los hagan realidad.

Estos énfasis ya habían sido promovidos, desde hace algún tiempo, por la Unesco en sus más divulgados informes sobre la educación. Como todos sabemos, los conceptos de “sociedad educativa” y “educación permanente”, representan los ejes del famoso Informe “Aprender a Ser”, elaborado a principios de la década de los años setenta, por la Comisión Internacional para el Desarrollo de la Educación, designada por la Unesco.

Ambos conceptos fueron retomados por el Informe de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, “La educación encierra un tesoro”, designada también por la Unesco a principios de la década de los años noventa, y que presidió el expresidente de la Comisión Europea, Jacques Delors. En efecto, en la Introducción al Informe, Delors escribe: “La educación durante toda la vida se presenta como una de las llaves de acceso al siglo XXI”… “La revalorización del concepto de educación permanente es quizás el suceso más importante ocurrido en la historia de la educación de las últimas décadas”.

En las obras de autores de diferentes etapas históricas, encontramos claramente expuesta la idea de que la educación es un proceso sin limitaciones en el tiempo y en el espacio. Lo mismo podemos afirmar de los grandes pedagogos, entre los cuales Comenio sostuvo que cada edad está destinada al aprendizaje, de suerte que no hay otro fin que el aprendizaje.

Las acuciantes necesidades educativas de la época presente no pueden ser satisfechas sino por un concepto novedoso como lo es el de educación permanente. Dos elementos llevan en su evolución al concepto de educación permanente. El primero de ellos es la aceptación de la idea de que el hombre se educa durante toda su vida. “De la cuna a la tumba”, decía Martí. El segundo es el reconocimiento de todas las posibilidades educativas que ofrece la vida en sociedad. El primero de ellos rompe con el condicionamiento del tiempo y el mito de la “edad escolar”; el segundo implica aceptar que el proceso educativo rebasa los límites del aula, del “espacio escolar”.

A la idea de la educación como preparación para la vida sucede la idea de la educación durante toda la vida. A la idea de la educación como fenómeno escolar sucede la idea de que la educación impregna todas las actividades humanas. El trabajo, el ocio, los medios de comunicación de masas, la familia, las empresas, las bibliotecas, las salas de cine, etc., son agentes que de un modo u otro afectan el proceso educativo de las personas durante toda su vida.

Una tendencia notable en la educación contemporánea es la revisión de los procesos de transmisión del conocimiento, lo que ha llevado a revisar los métodos de enseñanza-aprendizaje, trasladando el acento de la enseñanza del profesor hacia el aprendizaje del alumno y enfatizando sobre el rol protagónico del estudiante en su propia formación. Esto implica una adecuada formación de los docentes, de manera que se familiaricen con las nuevas didácticas constructivistas destinadas a suscitar el aprendizaje de sus estudiantes.

El docente debería convertir el aula de clase en un ambiente de aprendizaje.

El autor es jurista y catedrático.

Opinión Banco Mundial educación estudiantes archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí