Desde 1986 el matrimonio Kim y Ela Esterberg, llegaron de la isla de Bainbridge, Estados Unidos, en busca de una isla hermana en Nicaragua, para conocer sus necesidades y brindarles apoyo. Desde entonces son cuantiosos los beneficios obtenidos para los habitantes de la isla de Ometepe.
“La construcción de un preescolar en la escuela Rubén Darío de Altagracia, en 1987, fue el inicio de lo que ha sido un montón de beneficios recibidos por los habitantes de toda la isla de Ometepe de parte de los habitantes de la isla de Bainbridge, proyectos de agua potable, aulas de clases, 250 profesionales graduados con becas de este hermanamiento, atención especial para sordos, incineradores en dos centros de salud, bibliotecas y libros para las escuelas, auditorios y mucho más que hemos recibido en Ometepe de parte de Bainbridge”, explicó la profesora Dora Gutiérrez Traña, coordinadora de proyectos de la Asociación Islas Hermanas Bainbridge-Ometepe.
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Uno de los sectores más beneficiados son las personas con discapacidad auditiva, cinco están en secundaria y otros cinco en la universidad y recientemente 16 niños y jóvenes recibieron un curso donde un grupo de fotógrafos de Bainbridge enseñó técnicas del uso de las cámaras, los planos fotográficos, la iluminación y los recursos que se requieren para tomar buenas fotos.
“El objetivo de este curso de fotografía es que estos jóvenes sordos aprendan a tomar buenas fotos para que ofrezcan sus servicios en cumpleaños, promociones, bautizos, comuniones o en cualquier evento social o turístico ellos puedan trabajar y obtener algún beneficio económico. Primero han aprendido a familiarizarse con las cámaras, ahora aprendieron algunas técnicas de planos e iluminación y creo que al final del proyecto les van a entregar una cámara profesional para que las trabajen”, precisó Gutiérrez Traña.
Para hacer efectiva la colaboración con Ometepe, los isleños de Bainbridge han creado cinco comités en ambas islas: el comité de biblioteca, de becas, necesidades especiales, salud y café.
La colaboración
Los 42 centros educativos de la isla de Ometepe solicitan a finales de octubre y noviembre al comité de bibliotecas la cantidad de libros que requieren en las escuelas y colegios, y estos al iniciar el año escolar entregan los libros solicitados.
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Los centros de salud piden al comité de salud alguna rehabilitación de local, construcción de cubículos, incineradores o material de reposición y se entrega lo solicitado.
Actualmente hay 55 jóvenes de Ometepe becados en universidades nicaragüenses, recibiendo un estipendio de ochenta dólares mensuales, los que estudian diario y cuarenta dólares los que optan por turno sabatino o dominical.
En este año el programa de becas podría incrementarse entre 14 y 15 nuevos becarios, que serán seleccionados entre treinta aspirantes.
El hermanamiento
Kim Esterberg relató que cuando llegaron a Ometepe, lo primero que le solicitaron los docentes de la escuela Rubén Darío de Altagracia fue la construcción de un preescolar en 1986 y al llegar a Bainbridge, los nativos de esa isla estadounidense decidieron apoyar el proyecto, que fue la primera ayuda recibida en este hermanamiento.
“Cuando venimos a Nicaragua los caminos de Ometepe eran horribles, en toda la zona del Maderas no había energía y no tenían agua potable y buscamos cómo construir unas presas y bajar el agua por gravedad y ellos trabajaron duro haciendo zanjas, nosotros enviamos un ingeniero de Bainbridge, les ayudamos con los materiales y ya en los primeros años de la década de los noventa las comunidades del cerro Maderas ya tenían agua potable”, indicó Esterberg.
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“Tenemos un hermanamiento no oficial, es de pueblo a pueblo, es una relación directa entre la gente de Ometepe y Bainbridge”, exclamó Esterberg.
Se involucran desde niños
Para ayudar a Ometepe, los habitantes de Bainbridge se incorporan desde niños de educación primaria, elaborando un calendario manual que deja una ganancia de diez mil dólares.
También compran más de 150 quintales de café orgánico, producido en Ometepe, lo procesan en Bainbridge y las ganancias de la venta del café ometepino regresan a la paradisíaca isla de agua dulce.
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Amanda Witt es una joven recién egresada de la carrera de Biología y Español de una universidad estadounidense. Actualmente realiza un servicio voluntario por un año en Ometepe y recuerda que desde que estaba en primaria, en quinto grado, participó en la elaboración del calendario para recaudar fondos de apoyo a las comunidades del oasis de paz.
Es un proyecto muy bueno y bonito, tenemos muchos amigos aquí en Ometepe, y voy a seguir apoyando este proyecto”.
Amanda Witt, voluntaria en Ometepe.
Amistad y hasta amor
Estudiantes de secundaria de la isla de Bainbridge todos los años llegan a Ometepe durante dos semanas para trabajar en algún proyecto, se alojan en casas de familias ometepinas entablando una relación de amistad.
Los profesores de inglés de Ometepe van a Bainbridge durante un mes para mejorar su nivel de conversación en ese idioma. También viajan doctores y enfermeras de Ometepe para conocer las experiencias de sus homólogos de la isla estadounidense.
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Correos electrónicos, cartas manuscritas, mensajes de texto, chat, son parte de la conexión entre familias de Ometepe y Bainbridge y hasta cuatro parejas de ambas islas se han unido en matrimonio como parte de la hermandad entre ambos pueblos.