En su edición de febrero la revista Magazine presenta un amplio perfil sobre la mujer que escandalizó a la Managua de los años sesenta: Petronila del Carmen Aguirre, más conocida como la Caimana, quien vivió como hombre y se casó con otra mujer.
Gran admiradora de Pedro Infante, Petronila del Carmen decidió ser Pedro y asumió todas las características del protomacho de la época: pistolón al cinto, fama de mujeriega, bailarina, parrandera y buena a los puñetazos. Pero la Caimana fue más que eso, dice Magazine, que circula a partir de este domingo.
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Con un capital inicial de tres córdobas, Aguirre logró construir la fábrica de pólvora que, aunque ya no existe, todavía sirve como punto de referencia en Managua. Además, fue curandera, amiga de los Somoza y adoptó legalmente a seis niños, huérfanos o abandonados por sus madres, para darles casa, comida y escuela.
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Aquella sociedad puritana aprendió a respetarla y cuando la Caimana murió repentinamente a la edad de 40 años, sus funerales fueron extraordinarios, tal como ella lo había pedido. Su hijo José Dolores los describe así:
“Ella dijo ‘yo no quiero que me lloren cuando me muera. Quiero que me traigan la marimba’. Y ahí hubo marimba. Ella dijo ‘quiero que me traigan mariachis’. Y llegaron los mariachis. Ella dijo ‘quiero que traigan chicheros’. Y ahí estuvieron los chicheros. Ella dijo ‘quiero que todo el mundo esté bolo’. ¡Y todo el mundo estaba bolo ahí!”