Regresan el verano y los viajes a la playa, y con ellos un tipo de tejido propio de esta temporada: el macramé.
El macramé es el arte de hacer nudos decorativos. Es una palabra de origen francés que significa nudo, y que a su vez deriva de la palabra turca makrama. Esta tiene su origen en la palabra persa mikrama, con el mismo significado.
Es un arte muy antiguo, ya que solo se utilizan las manos para ejecutarlo. Pueblos como los persas y los asirios utilizaron este arte con gran maestría hace más de cuatro mil años. Luego, los árabes lo llevaron a Europa y más tarde los europeos a América, donde los caribeños lo utilizaron para confeccionar nuestras típicas hamacas de nudos.
El macramé básico dispone de numerosos nudos, entre los que destacan el nudo plano y el nudo cote, creando cenefas (listas sobrepuestas o tejidas) o trenzas para adornar las prendas. En el macramé actual se pueden encontrar más de 50 nudos diferentes como por ejemplo el chevron, el mazorca, el diagonal, el zigzag, el nudo del cabo, el nudo simple, la doble trenza, la trenza, nudo plano o nudo infinito.
Los materiales necesarios para hacer una obra de macramé son el hilo a tejer (ya sea algodón, yute, lino, seda u otras fibras naturales) y una superficie en la que sujetar la labor que se realiza y que normalmente es un sencillo palo de madera.
La popularidad de la ropa de verano en macramé hará que no le resulte difícil encontrar variedad de prendas con este tejido, que destaca por su feminidad y la versatilidad para combinar con diferentes estilos.
Busque tops, vestidos, sandalias, faldas, pantalones, bikinis e incluso accesorios y bolsos que incorporen estos detalles en distintos colores y estilos dependiendo del tipo de hilo utilizado y no tema a combinarlo con telas estampadas y hasta con cuero.
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