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/ Manuel Saavedra Marcos

FMI, medicina forense

Hay varios temas de contingencia nacional muy importantes, por ende, muy trillados en el día a día en nuestra patria. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el suscrito, no escapamos de esta monumental y selectiva trilla.

Uno de ellos es el infaltable problema económico del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), patógeno que ha afectado la salud de este monumento provocando el calvario de muchas personas desde la época de la dinastía somocista. Económicamente, es casi imposible resistirse a tener tanto dinero guardado sin darle uso.

Como toda institución de bienestar social nació por una causa noble en 1956, quizás por recomendaciones de instituciones mundiales como el FMI o el BM o quizás tratando de emular o de seguir consejos de algún país mayor o quizás por un arranque de nobleza gubernamental.

Fue reestructurado orgánicamente en 1979 y 1990, desconozco a la fecha por nuevas reestructuraciones.

En aquellas fechas, imagino al no existir la globalización actual con todo lo que representa el internet de las cosas y el impacto que representa en cada ciudadano de la tierra, hoy por hoy bastante más informado y con acceso a experiencias de muchos lares, se pensó una coyuntura única de poner todos los huevos en una sola canasta, Salud y Jubilación.

Para el país de aquel entonces, por principio pudo haber parecido una magnífica idea, pero en la práctica se necesitaba de gestiones administrativas que por las causas anteriormente mencionadas y/o la falta de visión en una proyección administrativa, ya no digamos la mala gestión, no se lograron desplegar y todavía dormitamos y continuamos en esa área.

Se necesitan gestiones ágiles, creativas y modernas. Existen países que tienen separado las previsiones de Salud y Jubilación. Por si, actualmente, cada una de estas previsiones es un mundo gigantesco de aristas, visiones y soluciones y si están colgadas del mismo tronco, las heridas de uno afectan al otro.

Actualmente existen gobiernos que manejan sumas estratosféricas como producto de los ahorros previsionales de sus ciudadanos; les doy una cifra, al 2014 en Chile por ese concepto se acumulaban 165 mil millones de dólares; ¿qué tal? Cómo no meterle mano, ¿verdad? Es un gran reto gubernamental y profesional manejar estas cifras; para la crisis hipotecaria del 2008, esos ahorros perdieron alrededor del 15% con cargo directo a las personas y sus jubilaciones y, el rancho ardiendo, pues ese sistema aún no satisface a los más necesitados.

Salud y Jubilación en Latinoamérica son de lo más dinámicos y en constante evolución y adecuación, porque incluso con buenas gestiones, aún no se logran buenos resultados.

Bueno, total, volviendo a lo que nos convoca, por angas o por mangas actualmente el INSS es un enfermo terminal que hay que reconocer y aplaudir, muy a pesar de su condición médica, ha tenido una esperanza de vida mayor a la de cualquier jubilado de Nicaragua.

Lógicamente necesita una intervención clínica y el FMI se anima a realizarla; observo en su recetario, se habla de extender la edad para jubilar y/o recortar la jubilación. La primera, en Argentina y Chile, es ya una postura; parece del mismo médico.

En nuestras sociedades existen los médicos forenses, aquellos que no solo indagan por determinar causas directas, sino que también cómo estas se gestaron; también los ingenieros forenses, aquellos que velan similarmente e informan por las fallas estructurales; ahora me doy cuenta de que también existen los Economistas Forenses, aquellos que a diferencia de los anteriores que trabajan sobre lo fenecido, estos entregan el certificado de defunción aún, sin haber concluido la etapa terminal.

Me he preguntado, si una institución mundial tan prestigiosa como el FMI es capaz de advertir y dar señales de acciones a considerar por los últimos días de una existencia o sistema económico, por qué no entrega una categórica orientación sin apearse por el camino corto de exterminar lo bueno que le queda al INSS. Es ponerse a trabajar con profundidad y detalle en aras de optimizar resultados.

Recuerdo en una entrevista a un entrenador de futbol cuando respondiendo por la pérdida de su equipo, dijo, bueno, no pudimos hacer nuestro juego porque el equipo contrario no se cansó nunca de jugar; en otras palabras, el entrenador nunca pensó en luchar.
FMI, deje de entregar tantas recetas.

El autor es ingeniero civil.

Opinión FMI medicina forense archivo
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