El gobierno sirio negó este miércoles poseer armas químicas, estimando que su uso es “inmoral e inaceptable, sea cual fuere el contexto”, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores, Fayçal Moqdad, según la agencia de prensa oficial Sana.
“El gobierno sirio niega categóricamente poseer (…) armas químicas. Consideramos la utilización de estas armas inmoral e inaceptable, sea cual fuere el contexto”, dijo el viceministro.
El martes, el presidente francés Emmanuel Macron aseguró que ordenaría ataques aéreos en Siria si hubiesen “pruebas fehacientes” del uso de armas químicas contra civiles por parte de las fuerzas de Bashar al Asad.
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Las últimas semanas, Francia y Estados Unidos alertaron en varias ocasiones sobre las sospechas del uso de este tipo de armas por el régimen sirio.
Uno de esos ataques habría tenido lugar a principios de febrero en Saraqeb, localidad de la provincia de Idlib (noroeste) controlada por los yihadistas y los rebeldes. Se reportaron 11 casos de sofocación, según la oenegé el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
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El 22 de enero, el OSDH reportó 21 casos de sofocación en Guta oriental, enclave rebelde al este de Damasco. En el terreno se mencionó un ataque con cloro. El 7 de febrero, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OIAC) anunció que estudiaba “alegaciones creíbles” sobre el uso de esas armas en Siria.
Damasco autoriza ayuda humanitaria
A pesar de la presión internacional, las fuerzas de Bashar al Asad se impusieron en el conflicto sirio, que se volvió más complejo con múltiples actores beligerantes. El apoyo de su aliado ruso le permitió reconquistar más de la mitad del territorio, multiplicando las victorias frente a los yihadistas y los rebeldes.
La semana pasada intensificó sus bombardeos aéreos en Guta oriental, último bastión rebelde en las puertas de la capital siria. Cinco días de ataques aéreos que dejaron más de 250 muertos y unos 775 heridos, según el OSDH, un nivel de violencia sin precedentes en varios años para esta región que el régimen bombardea a diario.
Pero, este miércoles Damasco autorizó el ingreso de ayuda humanitaria para unas 7,200 personas, en lo que es el primer convoy que ingresa a la región desde fines de noviembre.
“Primer convoy de la ONU y de la Media Luna Roja siria este año para la localidad de Nashabiyé en Guta oriental para distribuir alimentos, suministros sanitarios y nutritivos”, indicó la oficina para asuntos humanitarios de la ONU (OCHA) en Damasco en su cuenta Twitter.
First @UN and @SYRedCrescent inter-agency convoy this year crossed conflict lines to #Nashabieh in #EastGhouta to deliver food, health and nutrition supplies for 7,200 people in the besieged enclave pic.twitter.com/u9dJrgxnqV
— OCHA Syria (@OCHA_Syria) 14 de febrero de 2018
Ninguna ayuda puede ingresar en la región sin el aval de Damasco. La zona está sitiada por las fuerzas leales a Bashar al Asad desde 2013. Viven allí unas 400,000 personas, que enfrentan escasez de alimentos y medicamentos. Entre los niños en particular hay centenares de caso de malnutrición.
La ONU reclama con insistencia una tregua humanitaria de un mes en toda Siria, para poder distribuir ayuda y evacuar heridos y pacientes en estado crítico.
“Asistimos a uno de los peores periodos de combate desde el comienzo del conflicto, con centenares de civiles muertos y heridos, desplazamientos masivos (de población) y destrucción de infraestructuras civiles, incluso de instalaciones médicas”, lamentó el lunes el coordinador humanitario de la ONU en Siria, Ali al Zaatari. “Pongan fin a este sufrimiento humano intolerable”, pidió a las partes en conflicto.