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Mariana Sansón Argüello ingresó en 1997 a la Academia Nicaragüense de la Lengua como Miembro Correspondiente. Le imponen la medalla, el Pablo Antonio Cuadra y Julio Icaza Tijerino. LAPRENSA/Cortesía/Carlos Tünnermann

Centenario de Mariana Sansón Argüello y María Teresa Sánchez, dos poetas precursoras

A cien años del nacimiento de la poeta y promotora literaria María Teresa Sánchez ((1918-1994), le dedican el XV Festival Internacional de Poesía de Granada

Este año se cumple el centenario del nacimiento de dos poetas, precursoras de la poesía contemporánea escrita por mujeres: Mariana Sansón Argüello, nacida el 6 de junio de 1918, y María Teresa Sánchez, el 15 de octubre de ese mismo año, ambas de León.

Mariana fue poeta tardía, pues hasta en diciembre de 1959, siendo mayor de cuarenta años, publicó sus primeros poemas en la revista Cuadernos Universitarios N° 14 de Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN, León.

Luego, la misma Universidad, los editó como separata de la revista bajo el sencillo título de Poemas, agregando nueve poemas más.

El poemario está precedido de la siguiente presentación: “Siempre agrada el descubrimiento de un poeta de altas calidades. Y cuando estas calidades y cualidades las reúne una mujer que escribe buenos poemas, el agrado y el regocijo son más intensos. Mariana Sansón Argüello escribe excelente poesía. Una poesía inquietante y enigmática, con unos aciertos que deslumbran y desasosiegan.”

Además de poeta, Mariana Sansón Arguello fue pintora. LA PRENSA /ARCHIVO

El entonces rector de la UNAN, Mariano Fiallos Gil, ilustró la portada del libro con un retrato a plumilla de la autora, al pie del cual nos descubre, de manera concisa, uno de los ejes clave de la poesía de Mariana: “… y habiéndose desprendido de todos sus abalorios, las cosas se le acercaron para que les leyera las líneas de las manos”.

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Al presentar, en LA PRENSA LITERARIA, unos poemas de Mariana, Pablo Antonio Cuadra emitió el siguiente juicio: “Mariana Sansón Argüello encontró un nuevo camino para su lírica: abordar el lado oculto de las cosas, porque cada cosa, (como la luna), tiene un lado visible y expresable, menguante o creciente, y un lado oculto e inefable, el lado del misterio donde el canto corre más riesgo y el poeta más peligro pero, el logro cuando lo hay, se llama Prometeo, robo del fuego o del Ángel, robo del misterio o de la sombra de las cosas”

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Desde el primer momento, la palabra fue el conjuro mágico de la poesía de Mariana. Las palabras fueron las provocaciones de su canto, que brotaba espontáneo y casi subconsciente ante el misterio que en ellas se agazapa, en espera de una poderosa intuición poética que les haga surgir y que Mariana poseía en grado extraordinario:

“Ellos, -los que sabían de mí
desde hace tiempo-,
a hurtadillas copiaron el itinerario.
Estaban los relojes fijos,
y, -sabiendo con exactitud la hora-,
regresaron…
Sentados en el suelo,
con la cabeza entre el espacio,
meditaron en voz alta:
¡Díganle a Esa, que pronuncie nombres!”

¿Cómo podemos clasificar la poesía de Mariana? La respuesta ha sido difícil para los críticos literarios, ya que sus poemas son verdaderos hallazgos por su sencillez formal, riqueza metafórica y hondo significado. A veces, como lo enseñaba Darío, la música y la rima, es solo de la idea, como en el siguiente poema:

“En el campo,
el pensar de la espiga.
El secreto de Dios
en el altar
y en mis manos
la sencillez del pan…”

La propia Mariana nos lo dice en las Confesiones que, a manera de prólogo, preceden “Las horas y sus voces y otros poemas”: “Por lo general, hay una palabra que al leerla, golpea mi cerebro y produce un desencadenamiento de voces y de ideas, que inmediatamente se sincronizan con mi mano y empiezo a escribir versos, como una serie, hasta que la energía interna que los produce, cesa”.

Mariana es una voz única e intemporal en la poesía nicaragüense. Sólo con la poesía metafísica de Alfonso Cortés podríamos emparentarla, pero advirtiendo que la poesía de Cortés es “alfonsina” y la de Mariana “marianasansoniana”. Es decir, únicas.

Ambas, por su apelación al subconsciente, su extraordinaria capacidad sensorial, que les permite ver, oler, tocar y oír lo que nunca antes nadie ha visto, tocado ni oído, podemos decir que se inscriben en la gran corriente del surrealismo contemporáneo.

Mariana fue la primera mujer que ingresó en la Academia Nicaragüense de la Lengua, en calidad de Académica Correspondiente. Esto fue un 2 de diciembre de 1997, luego por iniciativa de quien escribe, fueron reformados los anticuados Estatutos de la Academia que solo permitían el ingreso de varones.

El ingreso de Mariana fue saludado por el entonces director de la Academia, Pablo Antonio Cuadra, con estas palabras de bienvenida: “Este día es un Arco de Triunfo para que pase por primera vez y entre a nuestra Academia una mujer… “El honor es para Mariana Sansón, original poetisa fundadora. Intrépida navegante de la imaginación”…

Mariana fue también pintora y escultora. Sus originales esculturas fueron bautizadas por Carlos Martínez Rivas como “esculturas estereoplásticas”.

María Teresa Sánchez

Comenzó temprano su carrera literaria. Hacia los años cuarenta estaba considerada una de las mejores poetas mujeres de Centroamérica, junto con Claudia Lars y Clementina Suárez y calificada como “pionera de su sexo en la poesía nicaragüense”.

María Teresa no solo fue una notable escritora sino también una incansable animadora cultural. En compañía de su esposo, Pablo Steiner, fundó el Círculo de Letras y Editorial Nuevos Horizontes, que publicó la revista del mismo nombre, que dio a conocer a varios poetas jóvenes que luego serían figuras consagrada de nuestra literatura, como Pablo Antonio Cuadra, Ernesto Cardenal, Carlos Martínez Rivas, Ernesto Mejía Sánchez y Manolo Cuadra.

Este año se cumple el centenario de nacimiento de María Teresa Sánchez (1918-1994), autora de la celebrada Antología de la Poesía Nicaragüense. LA PRENSA/ARCHIVO

En sus tiempos, el Círculo de Letras Nuevos Horizontes fue una especie de “Ministerio de Cultura no oficial”, que contribuyó enormemente a fomentar las artes y las letras, en momentos en que las perspectivas culturales en el país eran muy limitadas.

María Teresa es, hasta ahora, la única intelectual que en Nicaragua ha ganado cuatro veces el Premio Nacional Rubén Darío. En 1945, lo hizo con sus poemas Certeza, El Soldado del Amor Desconocido y Las Madres de Ellos; el Premio Nacional Rubén Darío de Ensayo lo ganó en 1948, con su obra Poesía

Nicaragüense – Antología; el Premio Nacional de Cuentos en 1957, con El Hombre Feliz y otros Cuentos; y luego, en 1958, el Primer Premio Centroamericano de Poesía Rubén Darío, con Canto Amargo.

Y en 1985, recibió la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío. Cultivó también, de manera sobresaliente, la pintura y la escultura.

María Teresa Sánchez fue una notable escritora, animadora cultural, y artista.En esta foto posa junto a una escultura El general San Martín. LA PRENSA/ARCHIVO

María Teresa es una de las grandes poetas intimistas de nuestra literatura. Su poesía es un canto que alcanza gran altura lírica y emotiva. Tiene un sello muy personal y una reconocida calidad.

En ella predominan los temas del amor, la pesadumbre, la tristeza y la soledad:

 

“Hoy ha muerto mi primera pena

La enterré en una caja de seda
La vestí con su ropa de metal y arena.
Está muerta.
Solo yo acompañaba el entierro”.

 

“Sumergida en un inmenso mar de saudades;
estanques grises de mis noches de insomnio
y como gigantes átomos destrozan mis palabras”.

 

…todo lo que tenía, lo que amaba, se alejó, se perdió;.
Nada tengo. Nada es mío. Sólo mi suprema tristeza;…

 

“Soy una perfecta huésped del olvido”.

 

Su Antología de la Poesía Nicaragüense, en palabras de la autora, “reseña doscientos años de la lírica nacional, sin discriminación de escuelas, estilos o tendencias políticas”. En 1965, el presidente René Schick auspició una segunda edición, impresa en los Talleres Nacionales.

La Antología incluye a 189 poetas, de los cuales 13 son mujeres y 176 varones. Hoy día, después de la primavera poética que se inició en los años sesenta, quizás tenemos más poetas de calidad mujeres que varones.

María Teresa Sánchez junto al poeta Pablo Antonio Cuadra en 1952, en la Editorial nuevos horizontes. LA PRENSA /ARCHIVO

Gracias a esta obra de María Teresa podemos conocer poemas de algunas poetas hoy casi totalmente olvidadas o poco conocidas, como Carmen Sobalvarro, a quien los vanguardistas incorporaron a su Movimiento por la originalidad de su poesía, Yolanda Caligaris, Aura Rostand (seudónimo de María de la Selva, hermana de Salomón de la Selva), Alicia Prado Sacasa. Edith Telica, Margarita Gómez, entre otras.

Cultura centenario Poesía archivo

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