El primer ministro de Cultura de Guatemala en 1986, Elmar René Rojas, murió a la edad de 75 años de causas naturales, informó su familia.
El artista plástico falleció (ayer, domingo 18 de febrero) debido a un cáncer, en un hospital privado de la capital, lo cual deja luto en el país porque era considerado como uno de los grandes maestros contemporáneos de la plástica.
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Rojas, quien destacó dentro del realismo mágico, fue el primer ministro de Cultura tras el retorno de Guatemala a la era democrática en 1986, cuando el democristiano Vinicio Cerezo se convirtió en el primer presidente civil del país tras varios años de regímenes militares.
El actual ministro de Cultura, José Luis Chea, lamentó el fallecimiento del “connotado artista y promotor cultural quien deja un gran legado en el mundo de la plástica de Guatemala”.
A lo largo de su carrera, Rojas obtuvo una diversidad de premios, entre ellos el Iberoamericano Cristóbal Colón, entregado en 1989 por el rey de España Juan Carlos de Borbón, según recuerdan medios locales.
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El fallecido primer ministro de Cultura nació en 1942, se graduó de arquitecto en la estatal Universidad de San Carlos (USAC) en la que además estudió filosofía, letras, ciencias políticas y sociales.
Además, estudió arte en la Escuela Pietro Vanucci, en Italia, en la Escuela de Bellas Artes de París (Francia) y en la Universidad Complutense de Madrid (España).
Un gran pintor latinoamericano
El pintor nicaragüense Mario René Madrigal Arcia, dijo que conoció a Rojas a finales de los años ochenta en Panamá, cuando llegó a este país canalero huyendo de amenazas de muerte.
En esta ciudad Rojas expuso sus obras en la corriente del realismo mágico latinoamericano,y Madrigal Arcia tuvo la oportunidad de compartir experiencias con el artista.
“Era una pintura que tenía una factura similar a la (del pintor nicaragüense) Armando Morales, en los acabados y uso de las ceras, y sus temas tenían que ver mucho con la cultura guatemalteca”, valoró Madrigal Arcia.
Asimismo dijo que desarrolló un lenguaje propio y universal que lo llevó a ser considerado por la crítica como un pintor muy importante , un extraordinario colorista y dibujante.
Y cultivó un estilo de “claro-oscurista” como el del pintor peruano Fernando de Szyszlo. “Los dos son de la alta pintura latinoamericana”, dijo Madrigal Arcia al situarlo entre las grandes firmas del arte del siglo XX.