Después de que la reina María II de Inglaterra murió, en 1694, los jueces comenzaron a usar togas como forma de luto. Pero no fue por el luto inglés que esta tradición se mantuvo hasta hoy, sino porque la toga negra se convirtió en sinónimo de “precaución, capacidad de evaluación del riesgo y pensamiento crítico”, han explicado expertos al diario El Heraldo de Honduras.
Años más tarde de la muerte de la monarca, esta costumbre se extendió a otros países, adoptando el uso de las togas color negro. Con esta vestimenta se busca proyectar respeto y autoridad, tanto a las partes involucradas en el proceso como a los espectadores presentes en un juicio.
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Sin embargo, la Escuela de Leyes de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, aunque corrobora la historia de la reina británica de hace tres siglos, sugiere que el origen de la costumbre pudo nacer en la antigua Roma, cuando los jueces -que se conocían como pretores- usaban togas blancas con franjas carmesí o púrpuras, y eran conocidas como “togas praetexta”.