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presos políticos, Nicaragua, crisis, protestas
/ Editorial

Ortega alineado con Maduro

Nicaragua se abstuvo en una votación de la OEA, el viernes de la semana pasada, de una resolución en la que se pide al dictador Nicolás Maduro anular la convocatoria a la farsa electoral del 22 de abril, y programar la celebración de elecciones verdaderas, libres y limpias, con la participación de todos los partidos de oposición y amplia observación nacional e internacional.

Con 19 votos a favor, 5 en contra, 8 abstenciones y 2 ausencias, el Consejo Permanente de la OEA aprobó la resolución sobre Venezuela, que también exhorta a todos los países miembros a estar atentos a lo que suceda en ese país suramericano y apoyar las medidas que le ayuden a retornar al orden democrático y la paz social, a través del ejercicio de la democracia.

La abstención de Nicaragua en la votación del Consejo Permanente de la OEA, es una táctica de Daniel Ortega para no enfrentarse directamente a los Estados Unidos (EE.UU.), que lo tiene bajo amenaza de aplicarle más sanciones en el marco de la Ley Magnitsky y la probable aprobación de la Ley Nica Act. Hay que recordar que antes de esa reunión de la OEA, la Embajada estadounidense en Managua dijo a LA PRENSA, en una declaración escrita, que el gobierno de los EE.UU. esperaba que el gobierno de Nicaragua se colocara del lado de los países democráticos, para presionar al régimen de Maduro a fin de que en Venezuela haya elecciones libres y justas.

Eso es lo que explica la abstención de Nicaragua en la votación de la OEA, el viernes pasado, y los posteriores apuros verbales del representante orteguista ante el organismo hemisférico, y de la vocera presidencial en Managua, tratando de explicar que siguen respaldando a Nicolás Maduro de manera “invariable e incondicional”.

Y así es, en efecto. Ortega está alineado con Maduro y dispuesto a respaldarlo hasta el último momento. En el discurso que pronunció el 21 de febrero con motivo del 84 aniversario del asesinato de Sandino, aunque con un tono moderado para no molestar a los EE.UU. Ortega se pronunció contra la exclusión de Maduro de la próxima Cumbre de las Américas. Ortega dijo que no permitir la participación de Maduro rompe las normas internacionales, demostrando su ignorancia del procedimiento de la Cumbre hemisférica.

La canciller de Perú, Cayetana Aljovín, ha explicado que “El Perú es el país anfitrión de la Cumbre y como tal le corresponde invitar o desinvitar a quienes deban participar. La Cumbre —dijo— no es un organismo multilateral donde un asistente por ser miembro requiere de una invitación”. Además, la canciller peruana expresó claramente y con fundamento jurídico, que la revocación de la invitación a Maduro es “conforme a lo establecido en la Declaración de Quebec adoptada en la III Cumbre de las Américas en 2001; en la que literalmente se dice que cualquier alteración o ruptura inconstitucional del orden democrático en un Estado del Hemisferio constituye un obstáculo insuperable para la participación del Gobierno de dicho Estado en el proceso de Cumbres de las Américas”.

Además, a estas alturas del tiempo la mayoría de los gobiernos democráticos de América Latina ya está convencida de que Nicolás Maduro debe dejar el poder. Lo único que falta por decidir es cómo lo dejará.

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