14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
/ Hugo Torres Jiménez

Viral

En días recientes hemos sido testigos de dos noticias que concitaron la atención de miles de usuarios de las redes sociales, hasta el punto de convertirlas en virales; es decir, se multiplicaron tanto que se convirtieron en contagiosas. Que por qué se califica de viral y no de bacterial a este tipo de fenómenos, es un dato que no deja de llamar la atención; tal vez sea porque se ve con mayor benevolencia a los virus que a las bacterias, por considerar a estas como más dañinas, repugnantes y difíciles de combatir o porque ofenden más nuestro sentido del pudor.

Las dos noticias en cuestión se relacionaban a la muerte por contusión, de un perro de raza pitbull, propiciada por un trabajador de un taller, como medida defensiva ante el ataque del can, el cual acababa de morder a una pequeña niña y a su madre, y se aprestaba a atacar a otra persona. La segunda noticia se refería a una acusación por acoso sexual, que expuso en Facebook una joven universitaria en contra de un guarda de seguridad de un restaurante de comida rápida.

Los dos casos se volvieron virales en un abrir y cerrar de ojos y como suele ocurrir en donde hay dos partes en conflicto, las opiniones en favor de una o de otra parte no se hicieron esperar. El caso más llamativo fue el segundo, ya que llamó la atención de miles de personas alrededor de un tema muy importante y realmente trascendental, como es el del acoso sexual que proviene de los hombres hacia las mujeres y de la supuesta discriminación que por razón de su condición social sufriera el guarda.

En su mayor porcentaje la discusión ha sido visceral, prejuiciosa y cargada de ignorancia y de un machismo a veces solapado y a veces abierto. Mucha pasión de parte del público se ha desatado en torno de los protagonistas hasta llegar a los excesos; ha habido sin embargo opiniones maduras, constructivas, claras y educativas llamando nuestra atención para asumir este tema con la seriedad debida.

Si algo ha dejado de positivo este caso es el hecho de poner sobre la mesa o en agenda, la necesidad de concienciarnos sobre un problema tan sensible y que afecta todos los días y en distintos grados, incluida la consecuencia fatal de la muerte, a millones de mujeres en el mundo y en particular en Nicaragua.

Lo que más me ha llamado la atención es que ambos hechos noticiosos han coincidido en el tiempo y el espacio, con otros mucho más graves y urgentes de atender; tales son: la denuncia y reclamo de justicia por parte de doña Elea Valle y miles de nicaragüenses, en el caso de los asesinatos y torturas de dos niños, hijos de doña Elea, y su entierro en una fosa común, junto a cuatro víctimas más, cometidos por una patrulla del Ejército de Nicaragua. Hasta la fecha ni la Fiscalía ni la Policía del régimen han abierto una investigación sobre estos crímenes, ni han exhumado los restos de los niños para entregárselos a su madre a fin de que les dé debida sepultura.

Otros hechos de mucha importancia son: las alzas continuas de los combustibles, del agua y la energía eléctrica; multas desmedidas y arbitrarias por parte de la Policía de Tránsito, aumento constante de los bienes de la canasta básica, falta de medicamentos en los hospitales, atropello a los derechos de los mineros artesanales y de los pobladores por parte de las transnacionales mineras, inasistencia a los afectados por insuficiencia renal crónica, atentado en ciernes en contra de los jubilados y asegurados del INSS, por la amenaza de rebajar los montos de sus pensiones y el aumento exagerado de las semanas a cotizar, robo descarado y sistemático del derecho ciudadano a elegir en libertad y con transparencia a sus autoridades nacionales y regionales a través del voto, etc.

Los últimos hechos detestables cometidos por la Policía y sicarios del régimen han sido en contra del joven activista político Mixan Zambrano, quien terminó perdiendo la vida por causa de un atentado y el que se cometió en contra de la humanidad de Juan Rafael Lanzas, campesino originario del centro norte del país, a quien la Policía capturó sin la debida orden judicial, propinándole una brutal golpiza y negándole la asistencia médica, de tal forma que este ciudadano terminó perdiendo sus piernas por amputación y debatiéndose entre la vida y la muerte.

Todos estos hechos señalados han sido denunciados en los medios de comunicación independientes y en las redes sociales, pero no han logrado convertirse en virales; ¿por qué será? Me niego a aceptar que sea porque tales noticias no tienen el morbo suficiente como para atraer nuestra atención hasta convertirlas en un motivo de interés; como cuando vemos una película barata y cómica de Hollywood u opinamos sobre la última operación estética de una cantante o actriz del entretenimiento; menos acepto creer que no nos importen hechos tan graves para nuestras vidas.

¿Será que el yoquepierdismo y la apatía propiciados por la frustración de ver a algunos políticos pusilánimes y zancudos rendidos ante el poder, y la represión desplegada por la maquinaria gubernamental en las calles y en el campo, universidades y centros de trabajo han golpeado la voluntad de seres libres de muchos nicaragüenses? o ¿pensarán, en un reflejo equivocado de supervivencia, que si no se dan a notar no sufrirán nunca las represalias más severas? Sin ánimo de reducir el debate a una sola respuesta, creo que tales actitudes se corresponden con los diferentes grados de conciencia ciudadana de los nicaragüenses. Ejercer ciudadanía es reclamar por todos los medios respeto a nuestros derechos; a todos nuestros derechos, sin excepción alguna. El derecho a ser libres y el derecho a la vida son los más preciados.

El autor es general retirado, vicepresidente del mrs.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí