Los diputados de la Asamblea Nacional se aumentaron el salario pero están trabajando menos, ya que en el último trimestre del 2017 apenas completaron 24 horas entre las 12 sesiones ordinarias que realizaron para aprobar leyes, según el Barómetro Legislativo, realizado por el organismo Hagamos Democracia.
En 2018 los diputados siguen trabajando poco en la aprobación de leyes, ya que, en promedio, son dos días por semana que se reúnen en el plenario de la Asamblea para sesionar, cuando antes eran tres días.
También dedican menos tiempo a trabajar en las Comisiones Permanentes, donde el único tema al que se han dedicado desde hace un año es a actualizar las leyes ya existentes en el Digesto Jurídico.
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Esa función solo la han interrumpido los diputados para atender las leyes y préstamos que el presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, manda que le apruebe la Asamblea.
En su monitoreo Hagamos Democracia refleja que ese “sometimiento” del Legislativo a los intereses de Ortega explica en parte por qué ahora los diputados trabajan menos, actitud que el organismo critica “porque además de afectar la independencia” que debería tener el parlamento “no se está cumpliendo con su función de crear normas que respondan a problemas que enfrenta la población”.
“Ninguna de esas leyes está directamente vinculada a la solución de un problema puntual de la población, lo cual denota la escasa prioridad que se le está dando a la aprobación de leyes de carácter social”, sostiene Hagamos Democracia.
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Entre octubre y diciembre pasado se aprobaron ocho leyes, de las cuales cuatro fueron para reformar dos veces el Presupuesto General de la República 2017, la de la Vivienda de Interés Social y la Ley Orgánica del Poder Legislativo. El resto fueron el Presupuesto 2018, la Ley del Digesto Nicaragüense, la declaratoria del Día de Amistad con Japón y la que extendió los incentivos fiscales a los proyectos de energía renovable.
Cada Ley costó C$25 millones
En 2017 en la Asamblea se aprobaron 25 leyes. Yader Loza, director ejecutivo de Hagamos Democracia, explicó que el año pasado el presupuesto que recibió la Asamblea Nacional para operar fue de 639,404,698 córdobas, por lo que “cada Ley le costó a los nicaragüenses 25.57 millones de córdobas. Es excesivo”, afirmó.
Loza calificó de “ofensivo” para los trabajadores del país que los diputados se hayan ajustado un cinco por ciento sus salarios, “teniendo en cuenta que la mayoría de los trabajadores tiene estancados sus salarios desde hace años. Eso es una burla”, dijo.
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El director de Hagamos Democracia consideró que ese reajuste “es hasta inmoral”, al poner de ejemplo que entre octubre y diciembre pasado hubo 12 sesiones ordinarias en la Asamblea, “con una duración de dos horas por sesión”.
“Esto equivale a decir que entre octubre y diciembre los diputados sesionaron 24 horas en total, es decir, apenas un día de promedio de trabajo en un trimestre”, dijo Loza.
Directiva aprobó ajuste
Con el ajuste, a partir de febrero del 2018 cada diputado pasó de ganar 91,668.30 córdobas a 96,251.72 córdobas de salario bruto, que equivale a 3,265.62 dólares conforme el cambio oficial.
Luego de deducirles el Impuesto sobre la Renta (IR) y la cuota al Seguro Social el salario neto de cada legislador es de 69,150.95 córdobas, equivalente a 2,339.58 dólares.
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El parlamento es el que aprueba el Presupuesto General de la República anual del Estado que es propuesto por el Gobierno. Pero es la Junta Directiva de la Asamblea Nacional la que establece el presupuesto de ese órgano y “desde hace años se fijó que el salario de los diputados debe equivaler a 3,200 dólares”, explicó el exdiputado opositor Eliseo Núñez.
Al fijarse el salario de los legisladores en dólares significa que cada año tiene que aumentar el presupuesto de rubro para los diputados para mantenerles el valor de los 3,200 dólares, esa es la razón del ajuste en la paga.
Miguel Rosales, jefe de la bancada del PLC, confirmó que el ajuste “fue un acuerdo de la Junta Directiva de la Asamblea” cuando se aprobó el Presupuesto de 2018. “Este aumento es para compensar la pérdida del valor adquisitivo de la moneda (del córdoba frente al dólar) para mantener al diputado ganando lo mismo que estaba ganando el año pasado (los 3,200 dólares)”, dijo Rosales.
Les parece insuficiente
En el Presupuesto General de la República de 2018 se aprobó que a los empleados públicos se les hiciera un reajuste máximo del cinco por ciento en su pago, a excepción de los de Salud y Educación, que es 7 y 8 por ciento, respectivamente.
Aunque ya los diputados se hicieron su reajuste del cinco por ciento, a Paúl González, del PLC, le parece insuficiente devengar más de 69 mil córdobas de salario neto al mes. “Para lo que nosotros atendemos en el territorio, que en mi caso es el Caribe Sur, es muy poco”, dijo González.
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Además del salario los diputados gozan de privilegios que no tiene el resto de empleados públicos, porque reciben 135 galones de combustible al mes y tienen un seguro médico con Iniser que les reembolsa el 20 por ciento del gasto que haga el diputado propietario y su esposa en cualquier clínica privada. Adicionalmente manejan un Fondo Social de 466,780 córdobas y 20 mil córdobas para becas.