Velando por la salud de su pequeño de nueve años estaba la enfermera Jessica Mael Flores Rivas, en el Hospital Militar, cuando otro de sus hijos llegó acompañado de un oficial de civil y la arrestaron.
Flores, de 36 años, llevó a los agentes a la vivienda donde había dado a guardar a la recién nacida, la cual había sustraído el miércoles en el municipio de Quilalí, en el departamento de Nueva Segovia. Su cómplice, Denis Maradiaga Talavera, también está detenido.
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La Policía Nacional con la captura de esta pareja dio por esclarecido el caso este viernes. Un hijo de la enfermera dijo que los policías llegaron a su casa, ubicada en el barrio San Rafael de Tipitapa, a buscar a su progenitora.
Pero él les respondió que ella se encontraba en el Hospital Militar, ya que su hermano menor había sufrido una caída y estaba en observación.
Los policías le dijeron al joven de 18 años que si daban con el paradero de la bebé secuestrada, su mamá quedaría libre.
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El joven —quien es estudiante universitario— relató que al llegar al hospital, le dijo a su mamá que el señor (un oficial de civil) la buscaba y se la llevaron detenida.
Al pequeño le dieron de alta y se fue con su hermano mayor.
Niña en buenas manos
Flores Rivas era enfermera auxiliar del Hospital Yolanda Mayorga, en Tipitapa.
El secuestro de la niña ocurrió el miércoles cuando la pareja llegó en una motocicleta a la vivienda de Leslie Isabel Zelaya Morán, en Quilalí.
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“La madre confiada entrega a la recién nacida a la secuestradora, una vez conseguido el objetivo por la pareja, se dan a la fuga y luego la presunta enfermera se trasladó al municipio de Tipitapa, donde llegó a la casa de su amiga Sandra María Orozco Ramírez, de 52 años, a solicitarle que cuidara a la niña por dos días”, detalló el comisionado general Francisco Díaz, subdirector de la Policía Nacional.
La niña se encontraba en el barrio San Cristóbal, en el kilómetro 14 de la Carretera Norte, en Managua.
Pidió a una amiga que le cuidaran a la niña
Orozco Ramírez fue investigada por las autoridades y la tarde de de este viernes agentes de la Dirección de Auxilio Judicial Nacional (DAJ) la fueron a dejar a su casa, al comprobarse que no tenía nada que ver con el caso.
Marlu Sánchez, hija de Sandra, manifestó que la enfermera llevó a la niña el miércoles y pidió que la cuidaran porque estaba de turno en Tipitapa y que al día siguiente (jueves), llegaría a traerla.
Detalló que no le dejó leche a la niña, únicamente tres pañales desechables.
En la vivienda hay una pulpería y de los pañales que venden le ponían a la niña. También le compraron leche.
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Cuando la Policía llegó —la noche del jueves— con la enfermera para a recuperar la bebé, se disculpó con doña Sandra y habría dicho que la niña había sido vendida por 2,000 córdobas.
“Jessica a qué problema me metiste”, le cuestionó Orozco Ramírez a la enfermera al verla esposada. “¡Disculpe doña Sandra!”, respondió la raptora.
Sánchez detalló que conocían a la mamá de la enfermera y esta en ocasiones llegaba a la casa a poner inyecciones. Fue así que se ganó la confianza de la familia para dejar a la bebé, pero nunca se imaginaron que era robada.
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La enfermera tenía previsto llegar por la niña la mañana del jueves, pero se hizo noche y no se presentó a la casa de Orozco Ramírez.
Un miembro de la familia donde se encontraba la niña vio fotos en las redes sociales de que una bebé había sido robada y a los pocos minutos tenían a policías en la vivienda.
La enfermera es madre de dos gemelos de 18 años y del pequeño de 9.
La pareja raptora de la bebé en las próximas horas será puesta a la orden de un juez.
La última vez que una enfermera robó a un bebé en el país, fue el 1 de junio de 2016 en el Hospital Alemán Nicaragüense. Cinco fueron declarados culpables.