El puente Santa Fe además de ser el más largo de Nicaragua, logró que finalmente se acondicionara el segundo paso fronterizo que se necesitaba tener con Costa Rica, siendo a través de San Pancho-Las Tablillas, que se apuesta a dinamizarlo con el Programa de Integración Fronteriza.
Este proyecto ahora será ejecutado por el Gobierno nicaragüense, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y la Unión Europea, que apunta a promover a mejorar en el plano económico y hacer competitivo al país a nivel comercial.
Después de una visita realizada al sitio, donde no fue invitada LA PRENSA, la Unión Europea compartió una nota de prensa donde informa que con su donación se “permitirá la modernización en infraestructura y equipamiento del puesto fronterizo San Pancho, asimismo la mejora de los procesos de control fronterizo a nivel nacional y el equipamiento de los puestos fronterizos en Peñas Blancas, Guasaule, Las Manos y El Espino.
Proyección de corredor centroamericano
A finales de agosto de 2014, las autoridades del Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) y una delegación japonesa, abrieron el paso vehicular por el Santa Fe, proyectando que esa ruta se convirtiera para el corto plazo en un corredor centroamericano.
En ese entonces el titular del MTI, Pablo Fernando Martínez, explicó que cerca de 20,000 vehículos a diario entraban o salían a través de Peñas Blancas y que el deseo era llevar la mitad de esa cantidad a San Pancho-Las Tablillas, para disminuir la saturación.
El viaducto construido en el río San Juan tuvo un costo de 30 millones de dólares, recursos que fueron asumidos por la cooperación japonesa.
Si se va a pasar por Peñas Blancas se tiene que ir por Rivas y si es a través de San Pancho-Las Tablillas, el segundo paso fronterizo, se viaja por Acoyapa hasta llegar a San Carlos.