La apertura de un vano en un costado de la Catedral Metropolitana, bautizada como Puerta Santa y que da acceso al bautisterio del templo, debilitó la estructura antisísmica de la obra y aumentó el nivel de riesgo del edificio ante potenciales terremotos, según el arquitecto José Francisco Terán Callejas, director general de la obra construida en 1993.
Terán Callejas, cuyo nombre está ligado a obras de infraestructura de gran valor arquitectónico que sobrevivieron al terremoto de Managua de 1972, como el Teatro Nacional Rubén Darío y el edificio que actualmente ocupa el Ministerio de Gobernación, ayudó a construir la Catedral de Managua bajo la dirección y el diseño del arquitecto mexicano Ricardo Legorreta Vilchis, merecedor de un premio mundial de arquitectura por la majestuosidad del templo en Managua.
Polémica apertura
El veterano arquitecto, quien vive en Estados Unidos, visitó este año Nicaragua para constatar in situ un informe de mayo de 2017 de la firma internacional Legorreta, que recoge la preocupación por la apertura de una puerta de aproximadamente dos metros de ancho y más de tres de alto en la fachada principal del edificio, cerca de una de las cuatro columnas que “amarran” las paredes del templo y que sostienen a la vez el peso de las 63 cúpulas del techo.
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Según Terán Callejas, en 1993, cuando entregaron a la Iglesia católica de Nicaragua el edificio llave en mano, hicieron una serie de recomendaciones para evitar debilitar la integridad estructural de la obra, entre las cuales se incluía principalmente no perforar las paredes principales en ninguno de sus cuatro costados para no romper la red de acero que conforma la caja que da estabilidad a la Catedral.
Sin embargo, en 2007, abrieron un vano para construir una puerta de acceso desde el exterior al bautisterio, aprovechando que originalmente se había construido una apertura vertical que funcionaba como ventilador natural y para iluminar naturalmente el interior.
Como mesa de cuatro patas
“Al abrir el vano, rompieron la red estructural y debilitaron la columna de la Catedral, que funciona como una mesa de cuatro patas que sostiene en equilibrio el peso de las 63 cúpulas”.
“El sistema antisísmico fue elaborado para que a la hora de un terremoto mayor de 6 grados en la escala de Richter, las paredes mecidas sean contenidas por las columnas que sostienen las cúpulas. Si usted serrucha una de las cuatro patas de esa mesa, el peso deforma la pata más débil, causa un desnivel y por ahí se rompe y se cae el edificio”, advirtió.
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Según Terán Callejas, todas esas situaciones se consideraron profundamente cuando se diseñó la Catedral, sobre todo por su ubicación en la zona de la Laguna de Tiscapa, por donde atraviesan varias fallas sísmicas activas.
“Traté de advertirles a los jerarcas de la Iglesia católica que estaban cometiendo un error, pero mandé varias comunicaciones y nunca me respondieron”, dijo el arquitecto, explicando con una copia de los planos y fotografías en mano el supuesto riesgo sísmico del edificio.
La versión de la iglesia
LA PRENSA buscó a los representantes de la Iglesia católica para contrastar la preocupación del arquitecto que construyó la Catedral.
El portavoz de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Abelardo Mata, no respondió las llamadas.
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El cardenal Leopoldo Brenes Solórzano, el pasado 1 de marzo, se excusó de responder las consultas por estar en una reunión y pidió que se llamase a la mañana del día siguiente en la Curia Arzobispal, donde dijeron que no estaba.
El sacerdote Bismarck Conde, quien como vicario rector administraba los trabajos de mantenimiento de Catedral entre el año 2000 y 2011, dijo que las obras para la Puerta Santa en 2007 se hicieron bajo la dirección de arquitectos e ingenieros autorizados, luego de un estudio de la infraestructura y los planos.
“La Puerta Santa en su diseño fue estudiada por ingenieros y arquitectos, uno de ellos estuvo en el Consorcio Metropolitano que construyó la obra original, se les consultó para ver si no afectaba en nada la infraestructura, con un diseño en simetría a la puerta que está por el campanario”, dijo Conde, quien considera que no existen los riesgos señalados por el arquitecto Terán Callejas.
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“Si estuviera expuesta (la obra a un riesgo) no se habría hecho, se consultó a los expertos, arquitectos, ingenieros, se abrió con equipos y aparatos especializados, un martillo hidráulico, todo bajo supervisión técnica, no se hizo a la loca, se hicieron estudios pertinentes y se diseñó la puerta que ha tenido una función vital en las actividades de la Catedral, en los jubileos”, dijo.
En la religión católica, la Puerta Santa o Puerta de la Misericordia representa un simbolismo de salvación. Las puertas están normalmente selladas desde el interior, de modo que no se pueden abrir. Se abren durante los años del Jubileo, cuando los peregrinos entran por las puertas de ganar la indulgencia plenaria relacionada con el Jubileo.
Ania analiza el caso
LA PRENSA consultó sobre el tema al ingeniero Carlos Fernández, presidente de la Asociación Nicaragüense de Ingenieros y Arquitectos, quien consideró que en principio toda apertura a una pared de una obra mayor, como la Catedral, puede debilitar la integridad estructural de toda la obra, pero que en este caso habría que conocer a profundidad el trabajo que se hizo y las medidas de seguridad que se tomaron.
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“Si bien se puede debilitar el marco estructural de la obra, también se puede remediar con otras medidas de seguridad, por eso habría que determinar el tipo de trabajo que se hizo ahí”, dijo Fernández, quien sometió la consulta a dos ingenieros estructurales de la organización para que analicen el motivo de preocupación del arquitecto Terán Callejas.
“tiene razón el arquitecto TERÁN CALLEJAS”
Por su parte el arquitecto Gilberto Martínez García, gerente de la oficina de arquitectos Estudio 1286, avaló las preocupaciones sobre la estructura de la Catedral.
“Tiene toda la razón el arquitecto José Francisco Terán Callejas, tanto como arquitecto como constructor de la obra. Toda modificación a una obra mayor como la Catedral de Managua afecta la integridad estructural de la obra completa”, dijo de manera categórica.
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Martínez García coincidió con las preocupaciones de la firma Legorreta y de Terán Callejas sobre las modificaciones a la Catedral: “A un edificio se le puede cambiar de color, de mobiliario, de piso, es decir, puede no ser conservado como la obra original y es potestad de sus administradores hacer esos cambios a criterio propio, pero lo que no se puede modificar es la parte estructural, porque es un asunto delicado en una zona de alto nivel sísmico”.
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Igual que el arquitecto Terán Callejas, el arquitecto Martínez García puso como ejemplo el caso de la mesa. “Con cuatro patas una mesa funciona bien. Con tres se puede caer más fácil. Si una de las cuatro patas se debilita, se debilita toda la mesa”, dijo.
Urge nuevo sistema de sonido
Aparte de la apertura de una puerta en un costado de la Catedral, al arquitecto José Francisco Terán Callejas le preocupan dos cosas más: el sonido dentro de la iglesia y algunos cambios cosméticos diferentes a los originales.
“Han cambiado los colores originales de los interiores, que se hicieron con mezclas especiales y con una finalidad específica, por colores sin sentido para la Catedral. Han quitado pisos originales por ladrillos que distorsionan la obra en su conjunto, han enchapado las columnas y algunas paredes con material de mala calidad, las aperturas de ventilación natural las han tapado con vitrales que le restan el ingreso de aire natural, es decir, el valor original de la obra lo han ido rebajando”, se quejó.
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Sobre el sonido de mala calidad que no permite a la feligresía escuchar las homilías con claridad, el arquitecto Terán Callejas dijo que debe tomarse en cuenta el original diseño acústico “reverberante” y “no absorbente”: “El Teatro Nacional Rubén Darío tiene un diseño acústico absorbente, en menos de medio segundo absorbe el sonido, el diseño acústico de la Catedral es reverberante, es decir, reproduce el sonido contra las paredes, techo, piso y columnas”.
Por ello, propuso contratar a ingenieros de sonido extranjeros para dotar a la Catedral de un tipo de parlantes y micrófonos especiales que emita el sonido de forma horizontal a donde se sientan las personas, y no desde lo alto de las columnas como actualmente permanece el sistema de sonido.
25 años de la catedral
La Catedral de Managua se comenzó a construir en 1991 y se terminó en 1993. Se alzó con fondos donados por el magnate Tom Monaghan, un empresario y filántropo católico de Michigan fundador de Domino’s Pizza en 1960, con una contraparte de Nicaragua. El diseño se le encargó al mundialmente famoso arquitecto mexicano Ricardo Legorreta, cuya obra fue premiada ese año por el Instituto Americano de Arquitectura en la categoría de arquitectura religiosa, al romper con los modelos tradicionales para este tipo de obras e innovar con un diseño diferente, seguro y novedoso.