La foto de un polémico José Saramago exhibiendo las arrugas del tiempo y vestido con un cinturón bomba, granadas de libros y palabras a punto de estallar, es una de las imágenes inéditas que conforman la muestra “Saramago: los Puntos y la Vista”, un “retrato íntimo” del escritor portugués.
A partir del 6 de marzo, el Farol Santander de Sao Paulo abre sus puertas para una especie de “apartamento de Saramago”, donde cada uno de sus 15 rincones proporcionan una “exposición en primera persona” de una de las facetas menos conocidas del Nobel de Literatura de 1998, explica el comisario de la muestra, Marcello Dantas.
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“Su trayectoria inquieta es el objeto de esa exposición. Lo que nos interesa, más que su obra, es el ciudadano, el observador, el amante, el solidario, su humor (…)”, revela Dantas.
Decenas de objetos icónicos y personales del autor portugués, como el ordenador con el que escribió la mayoría de sus libros, un mimeógrafo y las gafas que simulan su visión limitada, acompañan fragmentos audiovisuales, que invitan a un viaje por los sentidos y diferentes puntos de vista de Saramago con relación al mundo.
La idea de una muestra sobre el Nobel empezó en 2013 después de una visita de Dantas a la casa de los Saramago en las Islas Canarias.
El proyecto tomó forma cuando el comisario se enteró de que el cineasta portugués Miguel Gonalves Mendes tenía un “poderoso acervo” de imágenes y testimonios del escritor, recogidos a lo largo de cinco años para la película documental José y Pilar.
Así, los visitantes de la exposición pueden adentrarse desde una narrativa en primera persona a las reflexiones de Saramago sobre la condición humana y las relaciones de poder, temas recurrentes en su creación literaria.
Los puntos y las miradas de Saramago son muchos e inconstantes. Más allá de escritor y desde la cima de sus 1,90 metros de altura, él también ejerció los oficios de cerrajero, mecánico, agricultor y periodista.