El eje Granada-Ometepe-San Juan del Sur fue destacado en un programa reciente del canal “100% Noticias”, a propósito de la creciente importancia macroeconómica del turismo en Nicaragua. En el programa se presentaron diferentes ángulos técnicos sobre las ventajas y carencias del turismo en nuestro país, incluyendo el potencial de otras ciudades y destinos nacionales.
Según la Organización Mundial de Turismo (OMT), en el año 2017 se registraron 1,300 millones de turistas, casi el veinte por ciento de la población mundial. Es decir, una de cada cinco personas en el mundo gasta en otro país parte de su ingreso, dinamizando la economía de su destino turístico.
En efecto, y como lo hemos destacado en artículos anteriores, el turismo es, de lejos, pero muy de lejos, la principal palanca de redistribución del ingreso a nivel mundial, y en muchos países el turismo interno redistribuye más ingresos que, incluso, la política fiscal. En este sentido, el turismo puede ser un instrumento fundamental para el desarrollo de los países.
Para que se vea la importancia macroeconómica del tema, en el programa mencionado se dijo que el turismo había representado el año pasado 840 millones de dólares, monto muy superior al de cualquier otro producto de exportación. Claro, lo anterior sin contar que nuestro principal producto de exportación es la gente que emigra y envía sus remesas, que el año pasado totalizaron 1,400 millones de dólares.
Pero a propósito de la creciente importancia del turismo en la economía nacional, y sin contar con los encadenamientos que tiene con la producción agrícola, artesanal y de servicios, me llamó la atención cómo pequeños proyectos pueden hacer una diferencia tan grande.
Difícilmente San Juan del Sur sería un destino turístico tan atractivo si no se hubiese resuelto el problema del agua potable, que costó muy pocos millones de dólares y fue financiado a través de un préstamo concesional de la cooperación española. O piénsese en la importancia para el turismo de Granada del Festival Internacional de Poesía, que recién concluyó, y que fue una iniciativa ciudadana, como también ha sido la contribución de ONG y empresas grandes, medianas y pequeñas en desarrollar la oferta de servicios en el eje mencionado, y en otros destinos turísticos de creciente importancia como León.
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) ha anunciado el estudio y financiamiento de la carretera costanera, que unirá a Costa Rica con Masachapa a través de la costa del pacífico, con lo cual se desarrollará un enorme potencial turístico. Esa carretera, que hará un enorme aporte al desarrollo nacional, costará 147 millones de dólares, cifra que no se compara con los 50,000 millones de dólares o más del gran canal interoceánico que voceros del gobierno se han encargado, recientemente, de decir que se están desarrollando sus estudios, encendiendo una vez más la ilusión del milagro que sacaría a todos los nicaragüenses de la pobreza.
Es de esperar, a propósito de la planificación estratégica del turismo que se reclamó en el programa televisivo mencionado, que el BCIE no considere la broma amarga del gran canal interoceánico pues tendría que planificar un puente tan alto y largo sobre el río Brito, para dejar pasar barcos de 25,000 contenedores, que consumiría con creces los 147 millones de dólares de la carretera costanera.
El autor es economista.