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LAPRENSA/MYNOR GARCÍA

Estufas de Diriamba con sello de mujer

Xiomara del Carmen Marcenaro, de Diriamba, se dedican desde hace buen tiempo a elaborar estufas a base de láminas de refrigeradores

Mazo, martillo, espátula, machete, cinceles y un pedazo de riel son las herramientas que Xiomara del Carmen Marcenaro usa para elaborar las estufas a base de láminas de refrigeradores que compra en las chatarreras.

También elabora depósitos de basura, sartenes y canales que instala en los techos. El oficio de hojalatera lo aprendió desde que tenía 13 años y lo heredó de su abuelo Pedro Benavides, quien ya falleció.

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“Esto de hacer la estufa es una herencia familiar, pero ya casi todos murieron y ahora solo quedo yo y uno de mis tíos. No tengo un taller grandote, pero siempre me la rebusco para la comida”, refirió Marcenaro.

Estufas hay en todos sus tamaños, diseños y colores. El precio oscila entre 150 y 300 córdobas. Las parrillas son también de refrigeradores.

Los hijos de doña Xiomara, son ya mayores. Ella trabaja para la manutención de uno de sus tíos, nietos y de una amiga que le ayuda en los quehaceres de su humilde vivienda.

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Para esta mujer de 48 años de recia estatura, no hay nada difícil en lo que hace a diario y asegura que nunca se ha lastimado.
Ella vive de donde fue la estación del ferrocarril, media cuadra al oeste en la ciudad de Diriamba.

Departamentales Diriamba mujeres archivo

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