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femicidio

Familiares y amigos en el velorio de Maelin Zeneida Castro en el barrio Sol de Libertad, al suroeste de la ciudad de Matagalpa. LA PRENSA/L. E. MART͍NEZ

Expolicía asesinó a su pareja con un palo y mientras dormía, según madre de víctima

Vecinos y familiares de Maelin señalan al expolicía y pareja de ella, Leonel López Aráuz como el principal sospechoso del crimen ocurrido en la ciudad de Matagalpa

Sobre el fogón quedó un palo envuelto en un trapo. Las manchas de sangre en el trozo de madera sugieren a Esmeralda Castro Lira que con eso fue asesinada su hija Maelin Zeneida Castro, de 24 años, en la madrugada del domingo 10 de marzo pasado en el barrio Sol de Libertad, en el valle Waswalí, al suroeste de la ciudad de Matagalpa.

Vecinos y familiares de Maelin señalan al expolicía y pareja de ella, Leonel López Aráuz (43) como el principal sospechoso del crimen que fue descubierto por la hija de ambos, de 7 años, cuando la niña despertó en una improvisada cama que compartían y lo primero que vio fue el cuerpo sangrante de su mamá.

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Castro Lira presume que el hombre mató a Maelin mientras dormía, “para que no hiciera bulla y no la escucharan los vecinos”, además que “tampoco le importó matarla al lado de la niña”.
En el barrio Sol de Libertad, los vecinos sienten la muerte de la muchacha, a quien describieron como apartada, emprendedora, pero también “sentimos rabia, porque ese hombre sigue prófugo”, comentó una señora que este lunes asistió al velorio en casa de Castro Lira, a la otra calle de donde ocurrió el femicidio.

“La velamos aquí porque la niña no quiere entrar a su casita”, explicó Castro Lira, mientras algunos de sus familiares todavía andaban gestionando para poder enterrar a Maelin en el cementerio cercano al barrio.

El sepelio sería este martes, pues todavía esperaban a otros familiares que llegarían de distintas partes, incluyendo a la niña mayor de Maelin, a quien vio por última vez hace siete años.
“Siempre le dio maltrato”

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Castro Lira dice que su hija vivió con López ocho años y “siempre le dio maltrato a la chavala. Ahí venía de policía cada ocho días o a los 15 días y venía ‘bolsas cosidas’, nunca le traía reales, ella aguantaba hambre y todo. ¡Ella sufría con ese hombre!…”, dijo la adolorida madre.

López habría prestado servicio policial en el municipio de Rancho Grande y según Castro Lira, cada semana obligaba a que Maelin viajara a lavarle ropa, aunque después a ella “la asareaban en los buses porque no le daba ni para el pasaje”.

Incluso, una vez habría intentado estrangularla en un hospedaje en Rancho Grande. La dueña del local llamó a la Policía, “pero, como él era policía, se lo llevaron, pero iban en risa y plática”, relató Castro Lira.

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Maelin lo había “corrido” hace meses de la casa hecha con ripios en la última calle del barrio, pero él insistía en volver, porque “él quería reconciliarse con la mamá de su niña”, según le dijo López Aráuz a la vecina María Paula Rivera Sánchez.

Preguntó por un anillo

Una semana antes del crimen, López volvió a la casa. Le dio un anillo “delgadito, de plata” a Maelin, pero “ella me dijo que ya no quería a ese hombre”, relató la madre de la joven.

La noche del sábado 10 de marzo, en la parte frontal de la casa de Maelin hubo un culto como parte de una campaña de la iglesia evangélica que ella frecuentaba. López participó en la actividad y algunos vecinos la vieron a ella andar dejando sillas que le habían prestado amigos del barrio.

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La hija de la pareja contó a su abuela materna que esa noche el hombre preguntaba a Maelin por el anillo. La niña se durmió y al despertar, a la mañana siguiente, vio a su mamá “desmayada en sangre”.

La víctima era originaria de Cerro Colorado, Matiguás. Su historia, como la de muchas niñas en Nicaragua, incluyó un embarazo antes de cumplir 14 años. Tuvo a una niña cuyos abuelos paternos “se la quitaron” cuando tenía cerca de 2 años y “desde entonces nunca la volvió a ver”, dijo Castro Lira.

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