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Cáncer acecha a mujeres

Según la Organización Mundial de Salud (OMS), cada 30 segundos en el mundo se diagnostica a una mujer con cáncer de mama. En Nicaragua se dan mil casos nuevos de cáncer de mama y cuello del útero cada año. Por esta razón, las mujeres deben permanecer en vigilancia activa contra el cáncer

El mapa de padecimientos recientemente publicado por el Minsa revela que en 2017 murieron 437 mujeres, 244 por cáncer de cuello del útero y 193 por cáncer de mama, para un promedio de 9 fallecimientos semanales por estas causas. De acuerdo con la información oficial, se observa una disminución de 58 casos respecto a 2016; no obstante, la cantidad de nuevos diagnósticos de estos tumores aún preocupa a la comunidad médica y a las autoridades de salud del país.

La doctora María Delma Mejía, ginecóloga y obstetra, especialista en Oncología del Hospital Vivian Pellas (HVP), estima que unos mil casos nuevos de cáncer de cuello del útero y de mama son detectados actualmente en Nicaragua, particularmente por una falta de cultura de prevención, independiente si las mujeres tienen educación superior o baja escolaridad o al margen del nivel socioeconómico al que pertenezcan.

Más jóvenes con cáncer

“El cáncer más frecuente entre las mujeres en Nicaragua es el de cuello del útero, seguido del cáncer de mama y aunque hay una edad más propicia para adquirir esta enfermedad, que es después de los 50 años, hemos visto un creciente número de casos en mujeres menores de 40 años”, indica la doctora Mejía.

De acuerdo con sus datos, a mediados de los 80 llegaban un promedio de 35 casos de cáncer de mama al Hospital Bertha Calderón y se atendían otros 15 en hospitales privados, en total 50 al año.
“Se ha observado que de esa fecha hasta ahora se ha venido aumentando, en particular en los últimos seis años, es una tendencia mundial, con la diferencia de que en los países desarrollados el cáncer de mama ocupa el primer lugar de los padecimientos y el cáncer de cuello del útero está en el décimo segundo sitio, mientras en Nicaragua este tipo de cáncer ocupa el primer lugar”, señala.

“Cuando el INSS comenzó su programa oncológico, en un año miraba 50 casos de cáncer de cuello del útero en 2008 y ahora hay 300 por año y la población asegurada es baja, entonces si en ese universo hay casi 300 casos por año, ¿cómo será en todo el país?”, reflexiona la oncóloga.

Cáncer de cuello del útero más letal

La especialista del HVP indica que el cáncer de mama es el segundo cáncer que más muertes provoca en el país entre las mujeres y genera gran preocupación en la sociedad, sin embargo, el cáncer de cuello del útero en Nicaragua se propaga con mayor fuerza.

Esta situación podría explicarse, en primer lugar, porque los adolescentes se inician temprano en la vida sexual y este tipo de contacto es la única forma de contagiarse del virus del papiloma, responsable del cáncer de cuello del útero y de toda el área genital y oral, tanto en mujeres como en hombres.

“Cuando las mujeres son muy jóvenes, las células del cuello del útero están inmaduras aún y cualquier cosa las altera, de tal manera que si inician relaciones sexuales a esa edad, el ADN del virus se junta con el ADN del cuello del útero y las comienza a alterar y el papiloma es el precursor, el responsable del cáncer de cuello del útero”, explica.

El preservativo no protege del papiloma

La oncóloga advierte que, a diferencia del virus del SIDA, los preservativos no protegen del papiloma, ya que solamente prevendría de que el hombre contraiga cáncer de pene, pero no de que la pareja contraiga cáncer en ninguna otra parte del área genital, debido a que toda la zona queda totalmente expuesta.

La prevención, mediante chequeos anuales, es vital para detener esta creciente cifra de afectaciones con este cáncer en particular, dice la doctora Mejía, quien también considera que la educación sexual a los jóvenes juega un papel crucial en la contención de esta enfermedad.

El virus también afectaría a vírgenes

Mujeres vírgenes o sin vida sexual activa, también podrían contraer el virus del papiloma y por consiguiente un alto riesgo de contraer cáncer de cuello del útero por infecciones crónicas.
“Un proceso inflamatorio crónico, por ejemplo, podría afectar a pacientes que tienen estreñimiento y que evacuan cada 3 o 4 días, ya que las heces permanecen demasiado tiempo en el recto y las bacterias viajan del intestino hacia el área genital, provocando el contagio”, explica la doctora Mejía.

“Hay mujeres vírgenes que vienen con unas infecciones grandes y no es por desaseo, sino porque el mecanismo del estreñimiento es muy frecuente, en gran medida por la mala calidad de comida que actualmente se ingiere”, agrega.

Lea también: Salud de la mujer, un proceso continuo

La calidad de exámenes y tratamientos

La doctora Mejía señala que el país ha avanzado en el diagnóstico y tratamiento del cáncer. “En el caso del Hospital Vivian Pellas (HVP) tenemos dos avanzadas técnicas basadas en diagnóstico molecular para determinar los genotipos de virus de papiloma humano de alto riesgo asociados con cáncer cervicouterino, utilizando su muestra de Citología en Base Líquida para el Papanicolau, que es la técnica diagnóstica más moderna la cual es procesada en el Laboratorio de Patología del Hospital”, informa la oncóloga.

El diagnóstico de virus de papiloma humano puede entregarse en 90 minutos al utilizar GeneXpert o en 15 días al utilizar Cobas 4800. Ambas técnicas diferencian los genotipos 16 y 18 del virus de papiloma asociados con el 71 por ciento de todos los casos de cáncer de cuello uterino, y el genotipo 45 que se asocia con aproximadamente el 6 por ciento de los casos adicionales de cáncer de cuello uterino.

“Otro procedimiento certero es la colposcopía, un procedimiento de prevención que se auxilia de un microscopio para ver el cuello del útero y detectar si hay áreas que lucen sospechosas de cáncer y de ese punto se toma una biopsia para determinar si hay células precancerosas, que no son cáncer, pero que podrían evolucionar a tumor y en ese momento se puede tratar la zona alterada con métodos locales de consultorio con bastante éxito, dependiendo el tipo de lesión”, señala.

Sin embargo, dice la doctora Mejía, el cáncer de mama no da las alternativas que se pueden tener con el cáncer de cuello del útero, porque este tumor, detectado a tiempo y con una disciplina personal de prevención, se puede diagnosticar antes de que sea cáncer, pero en el caso de las mamas, cuando hay una célula cancerosa es que el tumor ya se tiene.

“Cuando una mujer se hace una mamografía y ultrasonido, se está haciendo una foto del momento, pero al año siguiente ya puede tener un tumor, por eso es que la mujer debe vivir en alerta permanente”, aconseja la especialista.

Es necesario, dice la doctora Mejía, crear conciencia en la importancia de la medicina preventiva para lograr un diagnóstico temprano tanto de los distintos genotipos de virus de papiloma humano como de la aparición de cáncer de mamas. Un paciente diagnosticado a tiempo tiene mejor pronóstico de sobrellevar con éxito cualquier enfermedad.

Factores de riesgo por el estilo de vida

Al igual que con otros tipos de cáncer, los estudios continúan mostrando que diversos factores del estilo de vida pueden contribuir al desarrollo de cáncer de mama. Según la OMS, se estima que un 30 a 40 por ciento de los cánceres en general se podrían prevenir reduciendo estos factores de riesgo.

Peso. Estudios recientes han demostrado que las mujeres posmenopáusicas con sobrepeso u obesidad tienen mayor riesgo de padecer cáncer de mama. Estas mujeres también tienen un mayor riesgo de que el cáncer reaparezca después del tratamiento.

Actividad física. El aumento de la actividad física se asocia con la reducción del riesgo de desarrollar cáncer de mama y con un riesgo menor de que el cáncer reaparezca después del tratamiento.

Alcohol. La investigación actual sugiere que consumir más de 1 o 2 bebidas alcohólicas por día, lo que incluye cerveza, vino y licor, aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama, así como el riesgo de que el cáncer reaparezca después del tratamiento.

Alimentación. No hay una investigación confiable que confirme que comer o evitar determinados alimentos reduzca el riesgo de desarrollar cáncer de mama o de que el cáncer reaparezca después del tratamiento. Sin embargo, comer más frutas y verduras y menos grasas animales se asocia con muchos beneficios para la salud.

Radiación. La exposición a radiación ionizante a edades tempranas puede aumentar el riesgo de que la mujer contraiga cáncer de mama, por ejemplo, la radiación terapéutica en el tórax por linfoma de Hodgkin, pero la cantidad mínima de radiación que recibe una mujer durante la mamografía anual no se ha asociado con un aumento del riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Densidad de la mama. El tejido mamario denso puede dificultar la detección de un tumor en las pruebas estándares por imágenes, como una mamografía.

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