El presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega Saavedra, continúa haciendo cambios en el servicio exterior, los cuales iniciaron en enero pasado.
El principal cambio es la cancelación del nombramiento de José Zapata Chávez, quien se desempeñaba en el cargo de secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores.
A Saúl Arana Castellón, embajador de Nicaragua en Japón y concurrente en seis lugares más, le fueron cancelados estos nombramientos, según el acuerdo presidencial 59-2018, publicado el 9 de marzo de 2018.
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Ortega lo traslada como embajador a la república de Chile, conforme con el acuerdo 61-2018. Arana reemplaza a la embajadora de Nicaragua radicada en ese país, María Luisa Robleto Aguilar.
“Yo desconozco los motivos de estos cambios, pero la política exterior de Ortega tiene un problema de fondo y es que la hace desde su visión ideológica y sus intereses políticos y, por tanto, deja por fuera los intereses nacionales”, aseguró el exembajador de Nicaragua, José Dávila.
Los cambios realizados en enero pasado iniciaron con la salida de Luis Martínez, cónsul de Nicaragua en Miami, Florida, Estados Unidos, pero también con la de Ramón Leets Castillo, de Venezuela, y el nombramiento como embajador en Honduras del comisionado general Juan Ramón Gámez, exjefe de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía.
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Ortega canceló los nombramientos de los cónsules de Nicaragua en Lahore (Pakistán), Gyeonggi-do (Corea) y Estambul (Turquía). Se trata de Mohammad Ali Sheikh, Kim Dong Woo y Onder Yucer, respectivamente.
También dejó sin efecto el del señor Paolo Olmi, cónsul de Nicaragua en Prato, Italia.
Otro de los nombramientos realizados por el Ejecutivo es el de Guisen Socorro Morales Echaverry, como embajadora ante Islandia, en calidad de concurrente, con sede en Londres, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
¿Quiénes son?
El exembajador José Dávila cuestionó el nombramiento de extranjeros en el servicio diplomático nicaragüense.
“Son hechos con criterios ideológicos de partido, por lo tanto son un irrespeto al país, porque además nadie los conoce y milagro los publica en La Gaceta”, aseguró Dávila.