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En Letra Pequeña, Silvio Báez

Guía para entender al gobierno: todo lo que dicen es al revés

Usan esa neolengua orwelliana que se debe leer en código inverso: lo contrario de lo que significa. Si dicen que van en contra de los linchamientos digitales y las noticias falsas, en realidad van contra las noticias verdaderas y los reclamos ciudadanos

Malas intenciones

Hace poco un amigo me recordaba las intenciones con que nació el depósito vehicular. ¿Se acuerdan? Sucedía que los carros se han tomado como parqueos las aceras peatonales. Hay vehículos parqueados en hidrantes, lugares prohibidos y, la verdad, donde se le antojaba al conductor. Pues la alcaldía aprobó y construyó este depósito con el declarado propósito de poner orden en las calles y aceras. Comenzaron un par de días con los candados en los carros malparqueados, pero al poco tiempo derivó en una práctica extorsiva para los conductores. La Policía se lleva ahí cualquier vehículo bajo cualquier pretexto, con más interés de sacar todo el dinero posible que resolver los problemas de estacionamientos de Managua. El depósito está lleno de carros que tienen que pagar mucho para salir de ahí. Las aceras igual.

Seguridad insegura

¿Se acuerdan de los que decían de la Ley de Seguridad Soberana? Nos dijeron que urgía para enfrentar el narcotráfico, el crimen organizado internacional y las maras. Incluso en su presentación como ley se dice que “busca la unidad del país en fe, familia y comunidad” y que su intención es “asegurar la vigencia y pleno respeto de los derechos, garantías y libertades fundamentales de los nicaragüenses”. Pregúntele a doña Lea Valle como el Ejército, al amparo de esa ley, le respetó los derechos, garantías y libertades fundamentales de sus hijos, que mataron y cuyos cuerpos todavía hoy no se los entregan a la madre para su sepultura. Pregunte de sus derechos a Andrés Cerrato, a quien uniformados lo sacaron una madrugada de su rancho, lo torturaron salvajemente y al final lo mataron y dejaron tirado. O a los campesinos torturados y asesinados de Ciudad Antigua el día de las elecciones.

El negocio de las multas

¿Recuerdan cuando dijeron que se podrían estrictos con las infracciones de Tránsito para detener la ola de accidentes que golpea al país? Lo que se vino fue de terror. Policías de todo tipo salieron a la calles a multar por multar. Pronto descubrieron que era tremendo negocio. Fue una de las peores acciones de rapiña que hemos visto. No hubo racionalidad en las multas. Se multó a culpables e inocentes, y los policías se colocaron en los lugares más rentables en vez de aquellos donde su presencia pudiera evitar accidentes. Las recaudaciones por multas de la Policía se dispararon. Y los accidentes también.

Linchadores

Por eso cuando ahora escucho por “el bien de la familia y la niñez nicaragüense” se van a controlar las redes sociales, ya sé por donde vienen. Lo dicen los mismos que dijeron que multarían para evitar accidentes. Los mismos que harían una ley de seguridad soberana para proteger mis derechos y libertades. O los mismos que dijeron que se haría un depósito para llevar los carros que obstaculizaban las aceras. Si de verdad quisieran ayudar en este tema lo primero que deberían hacer es controlar a sus propios acosadores y linchadores digitales. Pero lo último que les interesa a estos mismos es el acoso o los linchamientos que efectivamente existen en las redes sociales. Lo que les interesa es el control. Tener el poder de decidir qué es lo que debe y no debe circular por las redes sociales, de la misma forma que lo hacen en los medios que pueden controlar.

Neolengua

Y tenemos esa extraña sensación de estar viviendo la novela 1984, de George Orwell, que describe una sociedad gobernada por un personaje omnipresente, el Gran Hermano, y cuatro ministerios destinados a ejecutar exactamente lo contrario a los que dicen sus bonitos nombres. Una neolengua que renombra todo. Así, el Ministerio del Amor, es el del miedo, la tortura y el lavado de cerebro. El Ministerio de la Verdad es quien se encarga de falsificar la historia y crear la realidad que todos deben aceptar como cierta. El Ministerio de la Paz, el encargado de la guerra y el Ministerio de la Abundancia, el que regula las raciones de comidas.

Código inverso

Lo que tenemos que estar claros es que en nombre del bienestar social se han cometido los peores crímenes. Que las leyes, el ejército, la policía, y los jueces no están para protegernos a nosotros de ellos, sino todo lo contrario, para protegerlos a ellos de nosotros. Pero como no lo pueden decir así, usan esa neolengua orwelliana que se debe leer en código inverso: lo contrario de lo que significa. Que cuando dicen que van en contra de los linchamientos digitales y las noticias falsas, lo último que les importará será usarla contra eso, sino contra lo que siempre les ha dolido: las noticias verdaderas y los reclamos ciudadanos. La información que les incomoda.

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